domingo, 18 de diciembre de 2011

Medios Naturales y Paisaje Agrícola del Campo de Calatrava

 

Un paisaje muy humanizado.
Uno de los elementos más destacado del paisaje es la vegetación. Las plantas arropan con una manta continúa el territorio. Sólo se interrumpe con  los espacios del agua, los macizos rocosos, las infraestructuras humanas  y las parcelas de los cultivos. En Esta comarca, centro de la provincia de Ciudad Real, la configuración de su relieve es definitorio, su zona central la ocupa una amplia banda deprimida o fosa tectónica  ocupada por los Ríos Jabalón y Guadiana. Dicha depresión está delimitada en su borde sur por los pueblos Corral de Calatrava, Cañada de Calatrava, Villar del Pozo y Ballesteros de Calatrava, está drenada por los Ríos Jabalón que recorre las tierras calatraveñas de levante a poniente y, a partir de Aldea del Rey, cambia de SE-NW a E-W y por el Río Guadiana que  a partir de Poblete también cambia de N-S a ENE-WSW, ambos ríos marcan las fracturas o líneas de debilidad estructural responsable del vulcanismo. Esta depresión se desdobla en  otras fosas de menores dimensiones como son la de Alcolea de Calatrava y Corral de Calatrava. El borde meridional, occidental y septentrional de esta fractura está delimitado por la Sierra de Calatrava, la sierra de Media Lunas, y la de Casalobos y Sotollos, respectivamente. Por el Este la depresión  se abre  a la comarca conocida como “Llanura manchega”.  Según las anteriores líneas estructurales de la comarca, los aparatos volcánicos están íntimamente vinculados a estos ejes y han conformado las alineaciones volcánicas perfectamente definidas.
                                Convivencia en la dehesa entre el ganado y aves migratorias
                                                                      
En resumen, el relieve del Campo de calatrava presenta una dualidad, pues si bien la topografía es predominantemente llana lo que facilita la mecanización y las vías de comunicación, sin embargo, las sierras  de cuarcita y los edificios volcánicos presentan un relieve escabroso y accidentado con una altitud próxima a los 850-900 metros. Esta dualidad del relieve calatraveño va a estar siempre presente y va ser nuestra guía  ya que se impone con un fuerte contraste y  una típica personalidad en un paisaje muy diversificado. Por lo tanto, el paisaje vegetal está integrado en estos medios por una flora  característica en los medios más abruptos y una vegetación agrícola en las llanada, pues  ambas son un recurso natural básico de gran importancia, desde el lado ecológica por ser el habita de animales, e indicarnos el grado de humanización sobre el medio ambiente y, desde el otro,  nos ofrece un paisaje agrario muy humanizado.

                               Los Medios Naturales y su Flora

   La alternancia entre sierra y humedal,  encinas y álamos 
                                                       
Las formaciones vegetales en esta comarca en su mayoría la componen frondosas quercineas, en especial la encina (quercus ilex), localizadas en las sierras de mayor personalidad,  mientras en los terrenos más degradados, bien por el hombre o la ganadería abusiva, el bosque no puede implantarse con el vigor apropiado y se hace presente la maquia, formaciones vegetales  arbustivas como los chaparrales, coscojales, jarales, enebrales, retamares etc. Y, por último, en los terrenos extremadamente degradados y pobres ha surgido la garriga romeros, tomillos, rosaledas, espinares, brezales, etc. Cuando las limitaciones o el grado de perturbación aumentan sólo los pastizales (plantas herbáceas) cubren el suelo, muchas veces en combinación con la maquia y garriga señaladas. Un caso emblemático y muy localizado en esta comarca son las dehesas, sobre todo, de encinas que se encuentran alternando con cultivos o pastos, aisladas o en breves bosques.
                                           Llanadas y serretas, encinas y  cereal conviven en estos medios
En los numerosos humedales de esta comarca se observan especies alboreas  como el taray que ha colonizado la mayoría de estos espacios en detrimento del chopo, el álamo blanco, y los sauces, afectados, además, por la pertinaz sequía anterior. El árbol, señero y autóctono del Campo de calatrava, era el  “olmo negro” que aún subsisten sus restos y brotes en combate contra la sequía y la “pandemia” de la grafiosis. Estos “Álamos negros” señalaban y libraban del calima a los trabajadores y gañanes tanto en los “andamios” de las norias como en las casillas y las quinterías.

                                El Paisaje Tradicional Agrario

El "Acarreo" de la "mies" y  la trilla faenas habituales                                                                                                                                         
En esta comarca la propiedad de la tierra tiene su origen en la repoblación iniciada por la Orden de calatrava que supuso la organización del espacio, basada en la Ordenanzas  que Alfonso VIII encomendó a dicha Orden. Corchado Soriano señala que cada castillo había de contar con cuarenta “Yugadas” ( 1.200 ha.); sin embargo, a medida que los pueblos fueron conquistando mayor autonomía frente a los “castillos”, sus Fueros favorecieron el nacimiento de un grupo de pequeños y medianos propietarios. Se concedía a cada colono una “Yugada” de tierra de labor      ( 30 ha.), un solar para la casa tejera una “aranzada” para viña o huerta. Por tanto, en esta comarca conviven aún la pequeña propiedad (Aranzada) y mediana (una Yugada) por lo general con su típica casilla y noria y la gran propiedad  (40 Yugadas) con correspondiente casa o quintería. La disposición interna de la quintería se articulaba en torno a un patio-corral con yuxtaposición de dependencias igual que las casas de cualquier pueblo calatraveño
                                                                         
                                     Modelo de quinteria, La dehesa de Zacatena al sur de las Tablas.
Los pueblos se localizan en las zonas de llanadas con buen drenaje, en las vegas y en los valles intramontanos ya que estas tierras soportan mejor la actividad agrícola. El medio físico condiciona el espacio rural, por tanto, diversifica la actividad  agrícola, ganadera y forestal, resultando de ello distintos paisajes. En general se observa que el paisaje agrario más junto al pueblo está muy parcelado y humanizado y a medida que nos vamos alejando las parcelas se hacen mayores y las casillas y quinterías se diseminan más.
                                                                 Toda esta comarca está llena de estos testigos                                         
Una singular belleza en estos campos es la persistencia del paisaje agrario tradicional. Desde finales de los 50 de la anterior centuria, aún salen a nuestro encuentro con su fuerte personalidad los obsoletos andamios y sus norias y las singulares “casillas” y “quinterías” en su mayoría en ruinas. El paisaje agrario tradicional ha sido fiel testigo de una agricultura dedicada al cereal de secano., el trigo para la alimentación humana y la cebada para los animales de labor. Acompañaban la actividad cultivos de subsistencia como tubérculos, leguminosa y hortalizas a pie de la huerta. La vid y el olivo adaptado a los terrenos más pobres en los “quiñones”,  más lejos del pueblo.
La ganadería era escasa en la llanada y abundante en las sierras y laderas. Sedaba una actividad forestal muy importante: madera y, sobre todo, leña para alimentar el fuego del hogar, carbón y “picón”, carbón más fino para los braseros.

                                      El Panicillo de Daimie

El "Panicillo de Daimiel" , apenas 50 años ocupaba la comarca
                                                                          
De esta agricultura tradicional, merece una mención muy especial, el ya desaparecido “panicillo” de Daimiel  cuyo cultivo se extendió por la mayoría de los pueblos de esta comarca, dada su gran demanda para la alimentación de las aves, igual que hoy la harina de soja. Existían en Daimiel unas magníficas huertas, dedicadas por entero y con plausible entusiasmo, al cultivo y selección del famoso manicillo. El deseo de lograr la máxima selección y rendimiento del producto llego a dotar a fincas nuevas del elemento principal , el agua,  toda vez que la gestación del panizo es breve, basta con 80 días desde la siembre a la recolección; pero precisa  sol y abundante agua. Se llego a conseguir clases muy selectas y rendimientos muy lisonjeros y los ejemplos daimieleños debieron tomarse en cuenta al objeto de hacer muy amplia la cosecha propagación de este magnífico cereal que era el mejor y, por entonces, insustituible alimento para las aves.

                                  El actual paisaje agrario


    La tierra de labor y el cereal siguen siendo los genuinos
                                                               
A partir de los 60 de la pasada centuria, se inicia un profundo cambio con la llegada de la mecanización, mejora de semillas, variedades, fertilizantes, fitosanitarios, etc. El resultado ha sido la creación de un nuevo paisaje agrario en esta comarca. En cuanto al cereal los cultivos principales siguen siendo en esta comarca el trigo y, sobre todo, la cebada  y alguna leguminosa. Se siguen en general en el cultivo cereal  año y vez,  también son frecuentes las alternativas (cereal, leguminosas, cereal). El laboreo se hace a base de tractores y la recolección con cosechadoras, a finales de mayo para la cebada y la primera quincena de junio para el trigo. Se ha instalado definitivamente la vid casi como monocultivo y mejorado  con la mecanización en espaldera su cultivo. Se han implantado nuevas variedades más rentables, sobre todo, en zonas transformadas en regadío. El olivar es un cultivo que, aparte de su valor sociológico, tiene una indudable repercusión económica  en esta comarca y un valor patrimonial en el paisaje de estas tierras y en el uso del aceite, que forma parte de esta cultura. Las variedades más abundantes son la cornicabra y nevadillo blanco.
                                            De un cultivo viejo y tradicional ha nacido un nuevo                                        
 Ha aumentado muy significativamente  la superficie del regadío en tierras sin tradición de huerta y más alejadas del pueblo en superficies mayores. La elevación de caudales de agua para el riego, se hace e por medio de las populares bombas “verticales y sumergidas”, movidas por motores diesel o energía eléctrica, respectivamente. La horticultura semi-intensiva de tipo familiar tiene cierto porvenir en esta comarca. En varios pueblos, en los últimos años el cultivo del melón, sobre el resto de las hortalizas, ha tenido una fuerte expansión y su producción se mantiene con bastante regularidad.
                                               El vino tiene comarca  mucho camino en esta                                               
En los últimos decenios, se suman a este campo otras funciones que van tomando protagonismo. El turismo del interior, la conservación ambiental, la protección del patrimonio paisajístico e histórico, la recuperación cultural, etc. Campo de Calatrava posee, en suma, una gran diversidad paisajística, ligada a los contrastes de su relieve a base de sierra y llanadas; medios naturales mezclados con paisajes agrarios dan sustento y sentido a un mosaico de sus componentes tan complejo y rico en formas, texturas, líneas y colores.

                                                            

Nogalera

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