La Llanura Manchega:
Entre humedales, bombos, molinos y quinterías.
La Mancha se caracteriza
por un “paisaje agrario”, muy humanizado.
Este ámbito se caracteriza por la predominancia del “paisaje agraria”, muy humanizado, a
base de tierras de labrantío dedicadas
en su mayoría al cereal, al viñedo
y, en menor medida, al olivo. En
contraste con la aridez aparente, goza en el subsuelo de un mar subterráneo que
tradicionalmente con el empleo de norias y ahora con perforaciones se ha plasmado en numerosas áreas de regadío…
El conjunto ofrece con sus numerosas parcelas un singular paisaje policromado
en el que destacan: los rebaños
dispersos con su “pastoreo extensivo”, Las quinterías y en las escasas serretas los molinos de viento, ambas
construcciones emblemáticas de las tierras manchegas.
Los rebaños de “pastoreo
extensivo” forman parte de su paisaje.
Junto a su interesantísima flora y fauna, el paisaje se
completa con variadas producciones
reflejadas en sus estimadas “Marcas
con Denominación de Origen”: quesos,
cordero, vinos, aceites, berenjenas, azafrán, melón, etc.
Hay, además, un conjunto interesantísimo de
humedales, a
parte del gran embalse subterráneo
Acuífero 23, numerosas lagunas como
las Tablas de Daimiel que conforman un singular paisaje, flora y fauna con
una fuerte personalidad y un gran
contraste de tierras áridas y húmedas a la vez.
Humedales y aridez a la
vez, caracterizan a la Mancha.
Descripción de la Llanura Manchega.
El “antiguo campo estepario romano”, la Manxa, ¿tierra sin
agua?, lo que conocemos por Mancha es un
ámbito dominado por un “paisaje
agrícola”, muy humanizado, enmarcado por el azul del cielo y el horizonte.
Ocupa al norte los piedemontes de las sierras Pocito y chorito con los paso
de Puerto Lapice y Fuente el Fresno de
Montes de Toledo; por el oeste el Castillo de Calatrava la Vieja, Torralba y
Bolaños; Por el sureste, Valdepeñas, alto Guadiana y Azuer en el Campo de Montiel.
Desde el aspecto geológico, la Llanura Manchega es una gran
depresión estructural, fruto de la orogenia alpina y, posteriormente, rellena
de materiales sedimentarios. Tiene una
altitud medía entorno a los 650-700 m. con una ligera inclinación de este a
oeste, aunque la percibimos con una extrema horizontalidad. Los escasos
escollos que rompen este mar construido por capas plegadas y fracturada de
rocas precámbricas y cámbricas
en profundidad, luego arrasadas y hundidas hacía el oeste con apertura
al Atlántico. Más tarde se rellenó con la “regresión Mesozóica” con todo tipo
de sedimentos lacustres y marinos: calizas, dolominas, margas, arcillas y
yesos.
A Finales del cretácico con la “Orogenia Alpina” en los territorios emergidos se generó la
“primera red hidrográfica” que siguió la suma de las capas con conglomerados, areniscas, margas, yesos y
calizas, posteriormente, en el Plioceno
fue el punto de partida de la basculación de la Meseta hacia el oeste y la “red
fluvial actual”. Sobre la llanura los geólogos distinguen la existencia de dos superficies
de erosión: la fosilizadas por “caliches” o costras calizas (apenas a unos 40-50 cent. Del suelo y la
superficie en la que aparecen los depósitos
fluviales y eólicos más modernos.
Las piedras calizas
caracterizan los suelos de la Mancha y con la roturación de la tierra en los
campos de acumulan formando “majanos”, “pedrizas”, “Bombos” y empleo para todo
tipo de mampostería.
A juicio de todos los viajeros, se trata de un territorio extremamente llano, de un “monótono camino, de su llanura ancha, infinita y desesperante”, así la describe Azorín en su obra “La Ruta del Quijote”.
No obstante, en esa aparente monotonía, los contrastes están
presentes no sólo en la extrema aridez y la abundante agua de sus humedales y acuífero a la vez,
sino también en el tópico de su
“llanura interminable” en contrastes con
los cerros en los que cabarga sus molinos. Es precisamente en estos cerros y
costuras del relieve “llano” donde se ubican una de las construcciones más emblemáticas de la Mancha: los molinos de viento, de agua, los bombos
y las quinterías.
Tanto los molinos de
viento y de agua como las habituales quinterías
y bombos dispersos entre las parcelas de la llanura están ligadas a la vocación agrícola y, en concreto, al cultivo extensivo del
cereal y al pastoreo de estos labrantíos de la región manchega. Los molinos se
localizan en los relieves más salientes de la llanura en donde se puede
aprovechar los vientos, en aquellos lugares más alejados o que carecen de las
corrientes de agua que permitan la instalación de los molinos de agua para la
molienda del grano. Aunque su instalación también se generalizó a raíz de la
gran sequía que asoló la Península Ibérica en el siglo XVI.
Los Molinos de Viento,
Molinos de Agua, las Quiterias y Los Bombos.
Los Molinos de Viento, una singularidad
manchega. Es una técnica importada con una
tipología integrada a la manchega y que en cualquier caso se expandió en el siglo
XVI. Azorín en su libro nos proporciona: “Que no puede extrañar que tales
molinos –como una novedad- sorprendieran a D. Alonso Quijano el Bueno,
pues se implantaron en la Mancha en 1575”.
No hay pueblo en la Mancha y en su entorno con un
cerro o un curso de agua que no tenga su molino de viento o de agua.
Fecha exacta
o no, en cualquier caso se trata de un invento importado de Oriente a Occidente por los cruzados de los Santos
lugares. De tiempos muy lejanos Griegos o Romanos o, de tiempos más cercanos, en Edad Media o Renacimiento, el hecho es que
en el siglo XVI se implantó o reactivó su uso por diversos lugares “elevados de
la Mancha”. Del Siglo XVI son los molinos de viento citados por Cervantes y que
siguen ahí en el Cerro de la Paz de Campo de Criptana –el Burlete, el
Sardinero, el Infantado, etc. En los demás cerros miradores de Alcázar de San
Juan, de Moral de Calatrava, Y en las cimas más destacadas de los Montes de
Toledo – en la Calderina y Chorito- los hay en Herencia, Puerto lapice,
Consuegra, Los Yebnes, Urda, Villarruvia, Fuente el Fresno, Malagón, etc.
El molino
Manchego, tiene tres plantas en su interior: silo, zona de la que parte la
escalera de caracol por la que se accede al resto de plantas y donde se dejaban
las mulas; camareta, una estancia media donde se limpia el grano y donde se
guardan los lienzos de las aspas, los utensilios de molienda, etc; y por último
el moledero, donde se encuentran las piedras de molienda, y en la parte
superior alberga toda la maquinaria.
La cubierta cónica independiente y móvil en la
que se encuentran la aspas y descansa sobre la base cilíndrica suele ser de
mampostería de piedra encalada, mientras que la cubierta es un entramado ligero
de madera, que gira sobre un eje masivo. La cubierta se gira mediante un largo
tronco saliente denominado gobierno, desde el que se manipula, orientando las
aspas en función a la dirección del viento. Normalmente hay diferentes ventanucos
que recogen los tipos de viento de la
zona: solano alto, solano fijo, solano hondo, moriscote, ábrego hondo, ábrego
alto, toledano, cierzo, matacabras y mediodía.
-Mire vuestra merced -respondió Sancho- que aquellos que allí se
parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen
brazos son las aspas, que, volteadas del viento, hacen andar la piedra del
molino.
El conjunto de molinos de Campo de Criptana.
El conjuto de
molinos de Campo de Criptana, constaba de 32
molinos, aún conserva diez, tres de ellos Declarados Monumentos por su antigüedad ya
que datan delo siglo XVI, mientras que los otros siete restantes fueron
construidos a partir de 1900.
La presencia de los molinos en Campo
de Criptana ha configurado una imagen típica asociada a la memoria literaria y
a las imágenes pictóricas de numerosos artistas. Muchas son las personas, que
desde diferentes países, vienen a esta localidad manchega para ser testigos de
los “desaforados gigantes” con los que luchó Don Quijote. Sin embargo, estos
ingenios mecánicos provocaron una transformación profunda en el espíritu de la
época e hicieron de Campo de Criptana una zona fabril que en los períodos de
recolección presentaba una intensa actividad de trabajo. Siendo, por tanto, la
producción industrial un valor esencial de los mismos y otra razón de peso para
luchar por su conservación y difusión. Con este objetivo y a través del Plan
Especial de Protección de la Sierra de los Molinos y de su entorno, el
Ayuntamiento de Campo de Criptana vela por la protección, el mantenimiento del
aspecto original de los molinos, su proyección y conocimiento.
Este Museo
de los Molinos de Viento está
formado por 10 auténticos molinos de viento del siglo XVI que albergan en su
interior diferentes y originales exposiciones.
Su
visita puede comenzar Oficina de Turismo de Campo de Criptana.
El Molino Culebro es un Museo temático de la actriz Sara Montiel, nacida en esta localidad.
Esta exposición se abre en función de la demanda de los turistas. En ocasiones se establecen horarios de visita cada media hora.
En el Molino Inca Garcilaso se encuentra el Museo
de Labranza, en el Molino Pilón el Museo
del Vino, en el Molino Lagarto un Museo
de la Poesía, en el Molino Cariari está el Museo del Cine dedicado al decorador Don Enrique
Alarcón, y el Molino Vicente Huidobro contiene una exposición sobre su
titular.
El Molino Infanto, al igual
que otros molinos como Burleta y Sardinero, conserva su
mecanismo original, por lo que podrá caminar por sus diferentes pisos, contemplar
toda su estructura y la maquinaria
del siglo XVI y
conocer cómo funcionaba un auténtico molino de viento.
Los Molinos de Agua en La Cuenca del Guadiana.
Los molinos de Agua, otra
construcción típica de “Mancha Húmeda”. Los molinos de agua estaban
situados en algunos tramos del Río Guadiana, después de su nacimiento en “Ojos
del Guadiana”, inmediatamente después, la “madre del Guadiana” ganaba en
anchura y en velocidad y enseguida venían los molinos, hoy, la mayoría,
se encuentran irremisiblemente en “catálogo Rojo” el de la
Parrilla, Zuacorta, la Maquina y el Nuevo; y, otros recientemente restaurados
para poder ser visitados, como Molemocho en la cabecera de las Tablas y Puente
Navarro a los pies, junto a la Dehesa de Zacatena.
Molino de Molemocho a las puertas de las Tablas.
Esta tipología
arquitectónica es dual: Los edificios de usos comunes viviendas, establos,
almacenes, etc. no representan ninguna característica estructúral
específica distintas al resto de las viviendas manchegas; pero por otro
lado, tiene la especificad del molino sobre un curso de agua: Ojos,
Tajamares, puente o estructura para el montaje de las piedras molineras,
tolvas, compuertas, aliviaderos, etc.
Esta
arquitectura, tiene y, sobre todo, tenía un entorno un bellísimo tejido a base de flora y fauna
acuática en duro contraste con la aridez del entorno, sobre todo, en
verano
Los molinos
de agua en las márgenes de los ríos han simbolizado una de las tecnologías
más avanzadas, para su funcionamiento se necesitaba un salto de agua de forma
natural o artificial creándose una pequeña presa para almacenar el agua o
simplemente un desvío del agua a través de un canal o “quite” que conduce al
agua hasta las hélices.
El molino de agua de Molemocho descubre el pasado uso
de los molinos harineros del Alto Guadiana.
Cuando en los años 70 dejó de funcionar, el
futuro del molino harinero de Molemocho comenzó a tornarse gris, pero hoy, unos
40 años después, su restauración le ha dado una nueva vida para convertirse en
un singular centro de interpretación en el Parque Nacional de Las Tablas de
Daimiel.
Una de tantas Paradas de los Molinos: Zuacorta,
La Máquina, el Nuevo, Griñon, Molimocho, Puente Navarro, Flor de Rivera, etc.
El molino de Molemocho reabre sus puertas para
popularizar entre los miles de visitantes que acuden a este espacio natural
protegido, en pleno corazón de La Mancha, el uso que se les daba a los molinos
hidráulicos tradicionales que, durante siglos, se han ubicado sobre los ríos para
aprovechar la fuerza del caudal de agua.
En el año del agua, el Parque Nacional de Las Tablas
de Daimiel, en la provincia de Ciudad Real, ha convertido el singular edificio
que cobija este molino, acomodado sobre el lecho del río Guadiana, en un centro
de referencia para descubrir los aspectos culturales y actividades
tradicionales que ha realizado el hombre vinculadas a la presencia del agua.
Molemocho es uno de los más antiguos molinos hidráulicos harineros de Castilla-La Mancha.
Molemocho es uno
de los más antiguos molinos hidráulicos harineros de Castilla-La Mancha, cuya
fecha exacta de edificación se desconoce, aunque ya aparece mencionado en las
Relaciones Topográficas de Felipe II, en 1575. Enclavado en el conocido como
Camino de los Moledores, que recorría los abundantes molinos harineros que se
encontraban sobre el río Guadiana, Molemocho fue uno de los más importantes
entre todos los que componían las Paradas de los Molinos: Zuacorta,
La Máquina, el Nuevo, Griñon,Molimocho, Puente Navarro, Flor de Rivera, etc.
Molemocho, situado a las puertas de la entrada del
Parque Nacional, invita a descubrir cómo los ingenios hidráulicos han
facilitado el desarrollo de las tareas agrícolas y ganaderas. Su visita ayuda a
conocer la tradición molinera de la región y uno de los oficios más
tradicionales, el de molinero, pudiéndose observar el funcionamiento real de
esta entramada pieza de ingeniería que supuso toda una revolución industrial en
su época.
Pero, el recorrido por Molemocho ofrece a los
visitantes una oferta divulgativa añadida que permite conocer la singular
relación hombre-agua a través de una interesante exposición interpretativa.
El director del parque nacional ha comentado que este
proyecto se complementará con la recuperación de los puentes de acceso al
molino, que datan de los siglos XIII y XIV y que se incluye dentro de una
segunda fase de adecuación. "Será una obra de restauración importante que
esperamos poder comenzar en el segundo semestre de 2008. Una obra que cuenta
con el aval de la Comisión Provincial de Patrimonio y que mejorará
considerablemente el entorno del molino", ha señalado Carlos Ruiz.
En esta segunda fase de adecuación, el Parque Nacional
también prevé unir el molino de Molemocho con alguno de los itinerarios que
discurren por el parque, lo que supondría un nuevo recorrido que incrementará
la oferta de uso público. Durante siglos, las aguas del río han pasado por los
cinco pares de muelas del molino, facilitando que sus piedras machacaran
cientos de kilos de harina que abastecieron a los habitantes de la comarca.
Los bombos, otra
construcción ligada a la actividad agraria manchega.
“Los Bombos” son muy populares y monumentales en Tomelloso;
pero igual de comunes y con tipologías muy variadas en Gránatulas –los bombos de ahí son muy
altos
Los “bombos”, aunque con tipologías distintas,
en toda la comarca Calatraveña y su entorno, siempre han existido y, aún
perduran, una edificación característica. “Los Bombos” son muy populares y
monumentales en Tomelloso; pero igual de comunes y tipologías muy variadas en
Gránatulas –los Capillos muy altos - y, más discretos, en Almagro, Bolaños,
Daimiel , etc.
En su
mayoría son circulares, cuadrados o rectangulares aunque con aristas
redondeadas y variables en alturas, Están construidos con “lajas” o
“lanchas” de piedra, habitualmente, caliza de tamaño mediano y colocadas sin
mortero y en su lugar abundante “ripiería” para el relleno de los huecos.
En Daimiel más modestos.
Están
cerrados con una falsa cúpula por avance horizontal de unas piezas sobre otras,
remetiéndolas hacia dentro en cada tanda y, según se gana en altura, se va
cerrando la falsa cúpula. Estas construcciones son anteriores a la invención
del arco, bóvedas y cúpulas y, por tanto, son reminiscencia arquitectónicas
de los poblados de “Altura” y poblados de “llanura” de la Edad delo Bronce.
En Tomelloso monumentales y con formas muy variadas.
La causa de que no se haya perdido su tipología ha
sido su facilidad constructiva debido a la abundancia de piedras cuando
se “descantan” las tierras con las piedras en lugar de hacer “pedrizas” o “majanos” se
hacían “ranchos” o Bombos con la simple facilidad y economía de “colocar las
piedras”, venía hacer las veces de las quinterías aunque menos racionalizada
por dentro. El mimetismo de los bombos resulta perfecto en los parajes calatraveños
ya que al no estar enlucido, ni pintado es el terreno propiamente dicho.
Las quinterías.
Por todo, paisaje
agrario, lejos del pueblo y con pozo abrevadero, se
encuentran las “casillas “ o “quinterías.”
Las
construcciones populares en nuestra comarca son muy variadas y hay una gran
diversidad, así como una amplia gamas de
edificaciones con muchos matices. Aunque, genéricamente, en todas están presentes las “casillas”
que se ven por nuestro paisaje agrario, y
se le han venido llamando “quinterías”, la realidad es más diversificada y
conceptualmente hay por un lado, la quintería, “casilla”, lejos del pueblo y
con pozo “abrevadero” para
abastecerse de agua con los “animales
de labor” y poder pasar una
semana o, antiguamente, quince días sin venir al pueblo labrando las tierras de
secano tanto de cereal, viña como olivar.
A
diferencia de la huerta, la actividad de
la gente en la quintería se realiza durante los “meses Cortos”, es decir,
finales de otoño, invierno y principio de primavera, cuando los días son más
cortos.Cuando hace frío, el fuego, las personas y los animales todos juntos se
protegen y se dan calor en el espacio reducido y con los huecos justos casi en penumbra de la
“casilla”, contrarío a la huerta en donde los animales se sacan de la
casilla a parte en una
corrala, en fuego a fuera en un “hogaril” e, incluso, las personas duermen al
aire libre en la era guardando de paso “la mies”, el trigo, la cebada y demás
productos.
En cualquier caso, la quintería está muy
alejada de pueblo, en los paisajes más solitarios del término municipal y las
casillas más distanciadas unas de otras que los parajes típicos de las huertas.
Por este distanciamiento y escasez de “casillas” de quinterías, era habitual
coincidir gañanes de distintas tierras en la misma casilla o, incluso, tenían
que perdir la vez para hacer las labores habituales de vendimia, sementera,
aceituna, barbechera, y siega.
A diferencia
de la huerta, la actividad de
la gente en la quintería se realiza durante los “meses Cortos”, es decir,
finales de otoño, invierno y principio de primavera, cuando los días son más
cortos.
La “casilla” o
quintería pieza clave de la arquitectura popular
La
“casilla” es una estancia rectangular, muy variable de largo, 6, 9, 12, etc.
ms. X 4,50 ms. De ancho.
Con un único espacio común
para personas y animales de labor, sólo separado a media altura por dos
pesebres que dan acceso por un pasillo entre ambos a la cuadra en el testero,
rematado por un tragaluz y
opuesto la cocina con la chimenea, sus dos desvanes a
la altura de la cabeza y a ambos lados del hogar, dos poyos que hacen la veces
de asientos y camas junto al fuego. Debajo de los desvanes y a poca altura de
los poyos existía algún basar y también sobre los poyos y a la altura de los devanes solían tener alguna que otra estaca
para colgar, mantas, ropas, arreos, etc.
ELEMENTOS ESENCIALES DE LA QUINTERIA SON
LOS TRES HUECOS: TRAGALUZ, CHIMENEA Y PUERTA, MÁS EL POZO ARTESIANO, TIPICO DE
LA QUINTERIA IGUAL QUE LA NORIA LO ES DE LA HUERTA .
El
único hueco más grande, la puerta da acceso a la
casilla, orientada siempre al sur, justo abre
y apoya junto al primer pesebre de la derecha y enfrente de ésta, entre el otro pesebre y los pies del segundo poyo siempre ha
hay un hueco o espacio que se utilizaba de “pajera” y granero en “costales” para
alimentar a los animales. Además de la puerta, todas las casillas tienen otros
dos pequeños huecos, el tragaluz como un pequeño ojo de buey en el testero de
la cuadra que al saliente para avisar a los gañanes del alba y la otra abertura cenital, la chimenea al poniente. Los tres
huecos de las quinterías están presentes para renovar y airear la estancia
justo sin que entre frío en invierno y calor en el verano y mantenga la
iluminación suficiente para las tareas habituales de cocinar, comer, calzarse, más algún que otro arreglo
de aperos, arreos, etc.
Entorno
a la quintería o casilla siempre había un espacio libre o “parador” para dejar
los carros o las galeras “uncir” o “desuncir” a los animales. Entre este
espacio libre y la casilla siempre estaba presente el pozo con dos mármoles o
muretes de obra entre los que existía un carrete o garrucha para sacar el agua
imprescindible para los animales y personas. Los pozos de las quinterías,
acompañados de sus correspondientes pilas o dornajos, son siempre redondos de
unos 90 a 120 cm. De diámetro, nada tienen que ver con las norias de las
huertas que son rectangulares, aptas para la instalación de un “arte” o
“caracha” y elevar el agua de una forma mecánica para el regadío.
Otra
característica de las quinterías que no se han descripto hasta ahora con
claridad es su lejanía del casco urbano correspondiente, dispersas en los
parajes menos humanizados y
solitarios del término municipal. Pues en los parajes más cercanos a las
poblaciones y más humanizados han estado, salvo excepciones, reservados a las huertas con sus respectivas
norias, albercas y, casi siempre, con corralas anejas para los animales…
La Mancha Húmeda:Importante Conjunto de
Humedales manchegos.
Junto a las construcciones más emblemáticas de la Mancha hay que señalar la presencia de
un importante conjunto de humedales.Su valor e importancia fue reconocido en el
1981 con la declaración por parte de la UNESCO de la Mancha Húmeda como Reserva
de la Biosfera que incluía el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, el
Parque Natural de las Lagunas de Ruidera y un conjunto de lagunas y llanuras encharcables localizadas, en gran
parte, en el noreste de Ciudad Real.
Por su interés, accesibilidad y disponibilidad de instalaciones para uso público se pueden visitar algunos conjuntos lagunares de esta parte manchega:
- Las Lagunas Chica y
Grande de Villafranca de los caballeros, denominadas playa de la Mancha.
-Los Charcones de
Miguel Esteban, Declarada Reserva Ornitológica.
-Las Lagunas de
Alcázar de San Juan como la Veguilla, Yeguas y la del Camino de Villafranca,
declaradas en 1999 Reserva Natural e incluida en la Lista de RAMSAR de
Humedales e importancia internacional.
-Las Lagunas de la Vega
o del Pueblo en Pedro Muñoz, junto a la de Alcahozo en las Mesas y Manjavacas en Mota del Cuervo, declaradas
ZEPAS (zona de especial protección para
las aves).
-Algo más al sureste, Las
Tablas de Daimiel, declaradas Parque Nacional en 1973, único exponente de
uno de los ecosistemas más singulares de la mancha Húmeda.
Las Lagunas de Pedro Muñoz y su entorno.
En esta área hay un
total de 15 lagunas,
diferenciadas por su origen y características de sus aguas. Por su génesis,
accesibilidad y disponibilidad de instalaciones para uso público, se pueden
visitar la Laguna de la “Vega o del Pueblo” junto al casco urbano de
Pedro Muñoz, la Laguna de “Alcahozo”
en las Mesas y “Manjavacas” en Mota del Cuervo, todas ellas declaradas una
ZEPAZ (zona de especial protección para la aves). Su importancia para las anatadas como lugar de invernada, nidificación,
alimentación y descanso en las migratorias
es vital, por ello están
incluidas en la Lista del Convenio Internacional de RAMSAR. Hay que
destacar la presencia de flora endémica
aclimatada a los medios salinos por cuyo valor se acrecienta su interés.
Con la visita a la
Laguna del Pueblo, Alcahozo y Manjavacas podemos disfrutar de un paisaje agrícola muy humanizado a base del
monocultivo del viñedo, especialmente, en esta zona. La variada fauna que alberga y su
extraordinaria riqueza ambiental debe ser protegida no sólo por ley, sino por
el cuidado de todos…
Complejo Lagunar de Alcázar de San Juan y su
entorno.
En Alcázar de San Juan hacía Herencia está la Veguilla que
con Masegar, las Yeguas y Camino de Villafranca forman el conjunto de lagunas
que en 1999 fueron declaradas Reserva
Natural, incluidas, en la Lista de RANSAR sobre humedales y, además, están en
la Red de Espacios Naturales de Castilla-La Mancha, como Reserva Natural con el
nombre genérico de “Complejo Lagunar de Alcázar de San Juan.
la Veguilla que con Masegar, las Yeguas y Camino de Villafranca forman el conjunto de lagunas que en 1999 fueron declaradas Reserva Natural, incluidas, en la Lista de RANSAR
la Veguilla que con Masegar, las Yeguas y Camino de Villafranca forman el conjunto de lagunas que en 1999 fueron declaradas Reserva Natural, incluidas, en la Lista de RANSAR
La geomorfología de este Complejo Lagunar es una raña con
arenales y dunas fósiles en la que se superpone capas de margas,.arcillas,
yesos triásicos y calizas del neógeno. Todo ello conlleva importantes diferencias en los componentes de sus aguas.
En su flora hay especies muy sigulares: Lepidium cardamines,
Microcnemum coraloides, Cressa cretica, Limonium latebracteatum, especies muy raras y
en peligro de extinción. Estas lagunas a la llegada del verano, especialmente,
la Laguna de las Yeguas exhiben una gran costra de sal con grietas de
desecación que forman llamativas crestas de sal. A pesar de ello, poseen
especies vegetales capaces de tolerar estos altos niveles de sal como el pollo,
la sosa común, la sosa fina, la sapina y el albhol proliferan en estos medios
sin competidores y ser colonizados.
En cuanto a la fauna, destaca la importancia de estas áreas acuáticas por lo cual desde 1999 se
determinó que esté incluoida en la Lista del Convenio Internacional de RAMSAR
sobre humedales y en la Red de Espacios Naturales de la Región como Reserva
Natural con la denominación de Complejo
Lagunar de Alcázar de San Juan.
Las Lagunas de Villafranca y su entorno son
elementos naturales de la misma geomorfología lagunar manchega.
Tanto las Lagunas Chica como la Laguna Grande de Villafranca de los Caballeros tiene su génesis fluvial al estar entorno de Río Cigüela,
Tanto las Lagunas Chica como la Laguna Grande de Villafranca de los Caballeros tiene su génesis fluvial al estar entorno de Río Cigüela, a este conjunto lagunar se le conoce como “La Playa de la Mancha”, se originan por la extrema planitud del relieve y las escasas precipitaciones, “régimen de lluvias semiárido” han determinado el escaso poder erosivo de la red fluvial por lo tanto tienen un fuerte carácter endorreico propio de la comarca. Motivo por el que las aguas se acumulan en pequeñas cubetas y en depresiones del terreno.
Esta planitud del relieve provoca que el río Cigüela y
también su propio entorno deje a su paso un rosario de lagunas de tipo fluvial
como los Charcones de Miguel Esteban y Las Lagunas Grande de Quero. Este mismo
fenómeno se repite con el Río Záncara y sus alrededores con el conjunto lagunar de Las Mesas,
Pedroñeras, Pedro Muñoz, etc.
Las Tablas de Daimiel
uno de los ecosistemas más singulares de la Mancha Húmeda.
“El Parque Nacional de las Tablas de Daimiel está ubicado en el centro
del cuadrilátero formado por Daimiel y Villarrubía de los Ojos (lugares
famosos, entre otros motivos, por la calidad de sus vinos) en la provincia de
Ciudad Real. Creado el 28 de junio de
1973 con una superficie de 1812 hectáreas está ubicado aguas arriba de la confluencia de los ríos
Guadiana y Ciguela, en la actualidad canalizados por los trabajos de
desecación que se llevaron a cabo en la zona en los años 1968 al 1971”.
Las Tablas son un enclave de gran importancia ya que es un
singular ejemplo del “Paisaje Asociado a
las Tablas Fluviales”, propio y esencial del
“El Parque Nacional de las Tablas de Daimiel está ubicado en el centro
del cuadrilátero formado por Daimiel y Villarrubía de los Ojos”.
escaso desnivel del relieve manchego. Esta singularidad se ha traducido en el reconocimiento de este espacio
con la máxima figura de protección a nivel estatal –Parque Nacional-,
importancia que también ha sido reconocida a nivel internacional -Z.E.P.A.,
Reserva de la Biosfera (junto a otros humedales manchegos) y más
recientemente, L.I.C. “Cualquier época es buena para recorrer las Tablas.
El visitante siempre encontrará motivos para recrearse en estas soledades de la
Mancha. La fauna siempre presente en mayor o menor grado, servirá de deleite
para el observador. La época más idónea es la comprendida entre los meses de
abril junio, que es cuando se ven con facilidad
polladas de patos colorados y abundancia de peces”.
“En el mes de septiembre comienzan a iniciarse las grandes
juntas de los ánades reales, con multitud de inquietos individuos sobrevolando
los marjales. En los meses de diciembre a febrero hay gran variedad de
especies, principalmente cercetas, paletos, porrones, etc., muy repartidos por
todos los rincones del parque”.
Las visitas siempre han
tenido lugar en Las Tablas de Daimiel.
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