Tras un largo recorrido por toda Europa, los visigodos se asentaron finalmente en España en los V y VI. Su reino, con capital en Toledo, se mantuvo hasta la llegada de los musulmanes a principio del siglo VIII.
La sociedad visigoda era nómada, pastoril, campesina y muy desigual. Con su llegada la vida se rural izó y las ciudades, de tradición romana, se fueron despoblando poco a poco, así como las actividades artesanales y el comercio.
Sólo la Iglesia jugó un papel importante en la conservación y transmisión de la cultura clásica grecolatina. Aunque los templos romanos fueron derribados para construir iglesias y muchas estatuas y obras de arte fueron destruidas por considerarlas paganas.
Tras un largo recorrido por toda Europa, los visigodos se asentaron finalmente en España en los V al VII. Su reino, con capital en Toledo, se mantuvo hasta la llegada de los musulmanes a principio del siglo VIII.
La etapa visigoda es un periodo de la historia de España escasamente documentada y con pobres fuentes arqueológicas, aunque el Campo de Calatrava, frente al resto de España, tiene la suerte de contar con uno de los más ricos yacimientos arqueológicos, ORETO, cuenta con la mejor documentación sobre los Visigodos. Este núcleo de población visigoda contó con una silla arzobispal y se conocen los nombres de hasta ocho obispos con un papel muy destacado en los Concilios de Toledo desde los años 589 hasta 693.
Al principio los reyes visigodos eran elegidos por los nobles, pero en algunos momentos el cargo pasaba de padres a hijos de una misma familia. Las luchas por el poder eran continuas y muchos reyes fueron depuestos o, incluso, asesinados. El rey era auxiliado por diversas personas en el gobierno del reino: el Aula Regia era un consejo que administraba el palacio real y los duques y los condes gobernaban en las provincias. Gran parte de los consejeros del rey eran eclesiásticos, pues eran las únicas personal cultas.
El reino visigodo de Toledo alcanzó su plenitud en la segunda mitad del siglo VI y la primera parte del VII, durante el reinado de Leovigildo y su hijo Recaredo. Leovigildo consiguió consolidar la autoridad real, se anexionó el reino el reino de los suevos, todo Galicia, León y la mayor parte de Portugal con Oporto. Estableció las mismas leyes para germanos y para los romanos. Recaredo, impulsó la unidad religiosa del reino al convertirse el mismo y los nobles visigodos al cristianismo
La etapa visigoda es un periodo de la historia de España escasamente documentada y con pobres fuentes arqueológicas, aunque el Campo de Calatrava, frente al resto de España, tiene la suerte de contar con uno de los más ricos yacimientos arqueológicos, ORETO, cuenta con la mejor documentación sobre los Visigodos. Este núcleo de población visigoda contó con una silla arzobispal y se conocen los nombres de hasta ocho obispos con un papel muy destacado en los Concilios de Toledo desde los años 589 hasta 693.
El Reino Visigodo de Toledo
La llegada de los visigodos supuso en cierta forma un retroceso fundamentalmente en el campo cultural ya que era un pueblo más nómada y rural que sedentario y urbano.
A excepción de Toledo, centro religioso y político, también perdió importancia, pocos restos se conservan en esta zona centro de esta época. Los más importantes la ciudad de Recópolis (Cuenca); Santa María de Melque(Toledo) y el Tesoro de Guarrazar (Toledo)
Una vez en Hispania, los visigodos establecieron su capital en Toledo y colocaron guarniciones militares en los principales núcleos de población del país. Hay que tener en cuenta que el reino visigodo no abarcaba la totalidad de la península Ibérica: los suevos mantuvieron el dominio del noroeste y los bizantinos, el Imperio romano oriental, en un intento de reconstruir el antiguo Imperio Romano, ocupaban toda la zona costera del sureste.
Una vez en Hispania, los visigodos establecieron su capital en Toledo y colocaron guarniciones militares en los principales núcleos de población del país.
Al principio los reyes visigodos eran elegidos por los nobles, pero en algunos momentos el cargo pasaba de padres a hijos de una misma familia. Las luchas por el poder eran continuas y muchos reyes fueron depuestos o, incluso, asesinados. El rey era auxiliado por diversas personas en el gobierno del reino: el Aula Regia era un consejo que administraba el palacio real y los duques y los condes gobernaban en las provincias. Gran parte de los consejeros del rey eran eclesiásticos, pues eran las únicas personal cultas.
El reino visigodo de Toledo alcanzó su plenitud en la segunda mitad del siglo VI y la primera parte del VII, durante el reinado de Leovigildo y su hijo Recaredo. Leovigildo consiguió consolidar la autoridad real, se anexionó el reino el reino de los suevos, todo Galicia, León y la mayor parte de Portugal con Oporto. Estableció las mismas leyes para germanos y para los romanos. Recaredo, impulsó la unidad religiosa del reino al convertirse el mismo y los nobles visigodos al cristianismo
La Sociedad visigoda era campesina, pastoril y muy desigual.
Se estima que en total, el número de Visigodos que se establecieron en Hispania no debió pasar de los cien mil, lo que representa una clara minoría frente a cinco o seis millones de hispanorromanos. Esta desproporción explica que, a pesar de controlar el gobierno, los visigodos acabaran aceptando la lengua, la cultura y la religión de la sociedad hispana.
Los nobles y la iglesia retuvieron en sus manos los cargos políticos y eran propietarios de gran parte de las tierras. La mayoría de la población estaba constituida por pastores y campesinos de diferente condición.
Los nobles y la iglesia retuvieron en sus manos los cargos políticos y eran propietarios de gran parte de las tierras. La mayoría de la población estaba constituida por pastores y campesinos de diferente condición.
a) Los campesinos libres eran propietarios de pequeñas parcelas, que trabajaban para su sustento. Con sólo una casa de madera o adobe, generalmente de una sola habitación, que servía a la vez de dormitorio, comedor, cocina y despensa.
b) Los siervos eran campesinos a los que se les concedía la explotación de un pequeño terreno a cambio de que trabajaran gratuitamente las tierras de los nobles o eclesiásticos.
c) Los esclavos eran personas propiedad de un noble o de la iglesia y que trabajaban las tierras de estos últimos.
Las ciudades se fueron despoblando poco a poco.
La mayor parte de la población estaba rural izada y vivía en dispersión en el campo y se dedicaba a las tareas del pastoreo en su mayoría de forma nómada o trashumante y a las tareas agrícolas, por lo que la ganadería y la agricultura eran las actividades económicas principales. Las ciudades se fueron despoblando poco a poco.
Las iglesias de la época visigoda eran de pequeño tamaño y escasa altura. Estaban fabricadas con grandes bloques de piedra bien tallados y en su exterior tenían un aspecto pesado, porque carecían de ventanas. En el interior los techos estaban formados por grandes bóvedas y se utilizaban arcos con forma de herradura, de ahí lo tomaran las construcciones árabes. La decoración era muy escasa y generalmente se reducía a los capiteles de las columnas se cubrían con bellos relieves, generalmente, referidos a escenas de la Biblia.
Las iglesias visigodas
En el Término de Villarrubia de los Ojos existen una serie de asentamientos con indicios claros de poblamientos entre los siglos V y VIII. Las fechas arrojadas por los análisis de C-14 en los restos óseos exhumados del sarcófago del Santuario, indican la existencia de una comunidad visigoda en el territorio ya conquistado por los musulmanes, que bien pudo mantenerse pactos con los nuevos conquistadores de la provincia de Ciudad Real después de la victoria de Tarik en Guadalete, (Beltrán, 1995).
En las Relaciones Topográficas de Felipe II (1575) se cita la “antigua Mezquita”, luego Ermita de San Juan, no lejos del castillo, pudo ser un templo visigodo de cierta importancia antes de la construcción de Santa María , junto con la Ermita de Santa Quiteria, ambas estaban en la parte más antigua de la ciudad.
Esta antigua “mezquita” entra dentro de lo probable que los árabes transformaran la reducida iglesia visigótica y como ya se ha mencionado la pilastra visigoda, en esta zona de Calatrava la presencia visigoda debió ser notable, contemporáneo a este periodo se encontró una lápida que refuerza dicha tesis.
En la parte inferior de la pilastra podemos ver dos columnas entrelazadas con los fustes decorados en forma de sogueado o salomónico y cuyos capiteles se ensanchan hacía los lados.
Sobre las ruinas de la antigua ciudad de Oreto subsiste la Ermita de Zuqueca, que ha servido de inequívoco de su anterior existencia. Muchos de los cruzados que pelearon contra los musulmanes en las Navas se quedaron en Calatrava repoblando los lugares que aquellos tuvieron que abandonar, de los que se ubicaron en Zuqueca les sirvió de iglesia Parroquial este templo, consagrado a la Virgen María, según bula del Papa Honorio II de 1217, concedida a D. Rodrigo Jiménez de Rada “todas aquellas iglesias de…Alarcos…de Zuqueca…las que en su tiempo fueron arrancadas del poder sarraceno”.
NECRÓPOLIS VISIGODAS EN TORNO AL CAMPO DE CALATRAVA
El estudio funerario y los núcleos de población de época visigoda en la zona de centro de Ciudad Real resulta muy complejo. Existe escasa información histórica sobre el periodo visigodo. Los datos disponibles son de contados hallazgos ocasionales o, en su mayor parte, por intervenciones arqueológicas realizadas en tumbas aisladas o necrópolis.
También resulta importante estableces la distinción entre necrópolis urbanas que se ubican anejas a la ciudad y necrópolis rurales ubicadas en inmediaciones de iglesias rurales o pequeños núcleos de población o, simplemente en cruces de caminos .
Hasta el momento y como regla general, en la provincia de Ciudad Real, predominan los hallazgos aislados y las necrópolis rurales, ubicados, generalmente, junto a cursos de agua, relacionados en algunos casos con iglesias o zonas de culto indígena, aprovechando las antiguas villae tardoromanas.
Oreto, pieza clave en la organización eclesiástica visigoda
La organización eclesiástica siguió el modelo romano. En la base se encontraba la parroquia, servida por uno o varios sacerdotes y éstas se integraban en diócesis, gobernadas por obispos, y las provincias eclesiásticas que coincidían más o menos con una provincia romana y que estaban regidas por un arzobispo o metropolitano, como es el caso de Oreto.
En la época visigoda, según algunas fuentes, Oreto-Zuqueca fue sede episcopal de Oretanía , junto con Cástulo y Mentesa y, aunque no se ha podido comprobar que sea de la misma antigüedad que las anteriores, se conocen los nombres de ocho de sus obispos por su asistencia a los concilios toledanos, desde el año 589 hasta el año 693.
La máxima autoridad correspondía a los concilios, que reunía a los obispos. El Toledo se celebró los concilios más importantes. Eran convocados por los reyes que también decidían los asuntos sobre los que se discutiría en la reunión. Por ello, además de los asuntos religiosos, se trataban cuestiones relacionadas con el gobierno del reino.
Como testimonio de la existencia de esta sede, se conoce lápida de la tumba del Obispo Amador, aparecida en un lugar muy cercano al yacimiento, el cerro de los obispos, con la siguiente inscripción:
“Al encuentro del Rey Celestial salió Amador sacerdote, teniendo 43 años de edad el día 9 de febrero de la Era 652 (año 614), año segundo de Sisebuto, felizmente reinante. Vivió en el cargo de su episcopado un año y diez meses. Pasó a mejor vida en paz, amén”.
Se confirma en Oreto la presencia visigoda, con la aparición de una necrópolis, y de un conjunto de edificios construidos desde época paleocristiana hasta finales de la época visigoda, restos bien documentados arqueológicamente.
Según Corchado Soriano, la mayoría de los historiadores creen que Oreto fue destruida con la invasión musulmana en 711, aunque existe la teoría de 4 que, al menos en parte, subsistió como tributaria de los vencedores con el nombre de Urit hasta el año 853, en que, Según Torres Balbas en su obra “Ciudades Yermas” pudo haber sido arrasada en una de las numerosas razzias de las Guerras Civiles por los toledanos sublevados, siendo sus pobladores trasladados a Calatrava la Vieja…
Necrópolis del Santuario de la Virgen de la Sierra (Villarrubia de los Ojos)
La necrópolis se encuentra junto al Santuario de la Virgen de la Sierra, edificado a media ladera de “Sierra de la Virgen”, De notorio interés y tradición es el hecho de un manantial de agua de excelente calidad que conforma el posterior “Arroyo de la Virgen cuya existencia marcó sin duda, la implantación del centro del culto ( del que se tienen noticias ya en el siglo XIII) o, incluso, la existencia de asentamientos de población de épocas más remotas, entre las que se incluye la necrópolis visigoda hallada.
Con los visigodos desde el siglo VI Ciudad Real se convirtió en una zona estratégica del pastoreo trashumante y en una zona de paso entre los importantes centros de Toledo, Mérida y la Bética, especialmente, cuando Toledo se convirtió en Capital de Reino Visigodo. Pero la debilidad política del reino por las continuas disputas territoriales, unida a las continuas y severas plagas de langostas, así como la escasez demográfica y las frecuentes hambrunas, contribuyeron a la decadencia de una zona que fue presa fácil ante la invasión musulmana.
La necrópolis del Santuario de la Virgen de la Sierra deben relacionarse con una pequeña aldea o “cicus”, a un “fundi” señorial o, incluso, “castella”, (pequeñas agrupaciones urbanas fortificadas)
Con los visigodos desde el siglo VI Ciudad Real se convirtió en una zona estratégica del pastoreo trashumante y en una zona de paso entre los importantes centros de Toledo, Mérida y la Bética, especialmente, cuando Toledo se convirtió en Capital de Reino Visigodo. Pero la debilidad política del reino por las continuas disputas territoriales, unida a las continuas y severas plagas de langostas, así como la escasez demográfica y las frecuentes hambrunas, contribuyeron a la decadencia de una zona que fue presa fácil ante la invasión musulmana.
Las fechas arrojadas por los análisis de C-14 en los restos óseos exhumados del sarcófago del Santuario, indican la existencia de una comunidad visigoda en el territorio ya conquistado por los musulmanes,
En el Término de Villarrubia de los Ojos existen una serie de asentamientos con indicios claros de poblamientos entre los siglos V y VIII. Las fechas arrojadas por los análisis de C-14 en los restos óseos exhumados del sarcófago del Santuario, indican la existencia de una comunidad visigoda en el territorio ya conquistado por los musulmanes, que bien pudo mantenerse pactos con los nuevos conquistadores de la provincia de Ciudad Real después de la victoria de Tarik en Guadalete, (Beltrán, 1995).
La hipótesis es sostenida por diversos autores sobre el posible origen musulmán del actual municipio de Villarrubia de los Ojos: “…De origen musulmán y reconquistado por Alfonso VII, a mediados del siglo XII y donado por éste a la Orden de Monte Gaudio de Jerusalén o de Monfranc…” ( Blázquez, 1898) .
La necrópolis del Santuario de la Virgen de la Sierra deben relacionarse con una pequeña aldea o “cicus”, a un “fundi” señorial o, incluso, “castella”, (pequeñas agrupaciones urbanas fortificadas) establecidas en torno a la necrópolis o conexas mediante caminos.
Necrópolis visigoda de la Cruz del Cristo (Malagón)
En las campañas 1990-91 se documentaron 73 inhumaciones que caracterizaron una. “necrópolis de ámbito rural”(Fernández, 2000), en la que diferencia una zona de tumbas en torno a un templete, en la que los ajuares eran significativos, con una cronología del siglo VI y una zona junto a la anterior, sin ajuares, datada en el siglo VII.
Se tienen noticias del hallazgo de más tumbas entorno a la Ermita del Cristo del Espíritu Santo en el patio y detrás, es una zona casi totalmente urbanizada.
Junto a las sepulturas aparecen restos de una basílica y otras construcciones, se tienen noticias del hallazgo de más tumbas entorno a la Ermita del Cristo del Espíritu Santo en el patio y detrás, es una zona casi totalmente urbanizada.
Necrópolis visigoda de “Las Eras” (Alhambra)
Excavada sobre un afloramiento de roca arenisca, constituye el único ejemplo de necrópolis rupestre de este periodo excavada hasta el momento en la provincia de Ciudad Real. Se inventariaron 67 tumbas aunque “… con una extensión aproximada de 3000 metros cuadrados, podría contener el yacimiento unas 200 tumbas”.(Serrano y Fdez. 1990 y García Bueno 2006).
“… con una extensión aproximada de 3000 metros cuadrados, podría contener el yacimiento unas 200 tumbas”.
Podemos estar ante una necrópolis urbana de grandes proporciones, si bien, atendiendo al escaso poblamiento de la zona y la época, podría se calificada como rural, ubicada junto a un importante núcleo urbano con una significativa red de calzadas en la época romano, mantenidas en asentamientos posteriores. Por los ajuares hallados la necrópolis tiene una cronología entorno a los siglos VI y VII.
Necrópolis visigodas junto a la antigua “mentesa”(Oretana)
Otra necrópolis tardorromana digna de mención lo constituye la hallada en Villanueva de la Fuente, localizada junto a un camino de acceso al núcleo urbano de la antigua “Mentesa”.
Se han excavado ocho enterramientos, que “… que son tan sólo una parte muy reducida de los muchos que se estiman se encuentran en la zona” ( Álvarez yBenítez de Lugo, 2006). Los ajuares representados , se cifran en anillos de hierro y una pulsera de bronce, los análisis delo C-14 dan una cronología de los siglos V y VI.
Se han excavado ocho enterramientos, que “… que son tan sólo una parte muy reducida de los muchos que se estiman se encuentran en la zona” ( Álvarez yBenítez de Lugo, 2006). Los ajuares representados , se cifran en anillos de hierro y una pulsera de bronce, los análisis delo C-14 dan una cronología de los siglos V y VI.
Yacimiento de La “Ontavia” (Terrinches)
La zona de enterramiento o necrópolis de la “Ontavia”, localizada en el Municipio de Terrinches, en cuyos alrededores se han localizado hasta el momento 18 tumbas, según Carmona 1998, de los siglos VI y VII. En su mayor parte son de mampostería, habiéndose registrado 34 individuos con un escaso ajuar de dos anillos de bronce.
Restos de iglesia visigoda y necrópolis en Porzuna “La Vieja”
Práctica inexistencia de ajuares, podría, segun diversos autores, tratarse de yacimientos fechados en torno al siglo VII.
Restos de iglesia visigoda y necrópolis en Porzuna “La Vieja”
No es muy abundante la información sobre el hallazgo de varias sepulturas visigpodas en las inmediaciones de Porzuna en 1962, en el lugar conocido como Porzuna “La Vieja”.
Allí se excavaron varias tumbas, obteniéndose un ajuar “…Compuesto por vasija de cerámica y un broche de cinturón con decoración de carbujones…”, según publico El Noticiario Arqueológico Hispano (1962). La necrópolis rural aparece junto al yacimiento romano de Porzuna “La Vieja”, pudiéndose señalar también que, próximo al mismo, y según fuentes orales, en el paraje de la Dehesa existen piedras labradas de una iglesia visigoda del siglo VI.
Allí se excavaron varias tumbas, obteniéndose un ajuar “…Compuesto por vasija de cerámica y un broche de cinturón con decoración de carbujones…”, según publico El Noticiario Arqueológico Hispano (1962). La necrópolis rural aparece junto al yacimiento romano de Porzuna “La Vieja”, pudiéndose señalar también que, próximo al mismo, y según fuentes orales, en el paraje de la Dehesa existen piedras labradas de una iglesia visigoda del siglo VI.
Inhumaciones aisladas y otros hallazgos visigodos
A parte de las necrópolis de mayor o menor relieve, se han registrado en torno a Calatrava toda una serie de enterramientos aislados. Viene a demostrar el carácter de vida disperso y nómada de los visigodos y la debilidad demográfica y, en ocasiones, la falta de medios económicos, reflejada en la pobreza de las tumbas y los escasos ajuares. Las cartas arqueológicas en la mayoría de los municipios de la provincia ha revelado enterramientos y necrópolis de época visigoda; en la mayoría de ellos se encuentran expoliados o con información mínima, no obstante una investigación en profundidad podría revelar datos de interés.
No por ello hay que omitir el interés que pueden aportarnos los enterramientos registrados en Albadalejos (“Las Animas”); también las tumbas rupestres de Montiel (“Necrópolis del Toconar”), con dos tumbas; y (“Torres”) con u8na; en Santa Cruz de los Cáñamos (Tumbas del Villar”), en su mayoría pueden asociarse a pequeños núcleos de hábitat (vicus) delo periodo visigodo final (Beltrán, 1995).
La tumba visigoda del "Campo de las Sepulturas"
que fue hallada en 1978, puede contemplarse en el Jardín Museo etnológico de Puertollano.
que fue hallada en 1978, puede contemplarse en el Jardín Museo etnológico de Puertollano.
En Villamayor de Calatrava, en 1968, dos tumbas de mampostería se localizó un ajuar consistente en una jarrra de cerámica que poseía una cronología de la segunda mitad del siglo VII. “…Estamos ante unos hallazgos del mundo cultural hispano-visigodo y en torno al siglo VII”, con posibilidad de existencia de más tumbas, “…una necrópolis y hasta un poblado” (Rodríguez, 1973)
que En Fuencaliente en el paraje de “La Sacedillas”, en el 1085, fueron estudiadas dos tumbas de mamposterías importante por su abundante ajaur compuesto por una jarra y seis anillos. Según los arqueólogos se trataría “…de dos enterramientos hispanorromanos…se situarían entre los siglos VI y VII después de Cristo”.(López y Fernández 1968). A talta de una investigación en mayor profundidad se ha se ha clasificado el hallazgo asociado a un poblado o villa. De similares características los mismos autores ha excavado “ El Llano” en el Viso del Marqués, igualmente datada entre los siglos VI y VII.
En el “Calar o Talar de La Vega” (Villanueva de la Fuente) se produjo el hallazgo de un sarcófago en el que se pudieron documentar hasta ocho individuos, encontrándose como ajuar un anillo. A las cerámicas asociadas y a las características asociadas del enterramiento proponen una datación en torno al periodo tardo-romano ( Benítez de Lugo y Rodríguez 1999). Señalan que los restos pueden relacionarse con un hallazgo aislado más que con una necrópolis.
Otros hallazgos de objetos dispersos
A parte de las excavaciones de tumbas y necrópolis del periodo visigodo han aparecido han aparecido otros objetos dispersos como cerámica, elementos de adorno personal procedente de Villanueva de la Fuente, Arenas de San Juan, Fontanarejo, Alhambra, Porzuna, (Caballero, 1996 : Fuentes,1968;) así como elementos arquitetónicos “…columnas decoradas con motivos bíblicos, pertenecientes a pequeñas iglesias o, incluso, basílicas, hoy por completo desaparecidas”.(Caballerto, 1996).
Ejemplos de elementos arquitectónicos son el yacimiento de “Los Torrejones” en Santa Cruz de Los Cáñamos donde se halló un edificio de planta hexagonal interpretado como mausoleo o baptisterio (Beltrán 1995). O la pilastra de mármol de Daimiel y la placa con motivo vegetales de Villarrubia de los Ojos que puede relacionarse con la necrópolis hallada en el Santuario de la Virgen de la Sierra. O la columna hallada en el paraje de Santa María, en Argamasilla de Alba, que pudiera pertenecer a “una iglesia paleocristiana del siglo V o VI” (Beño, 19973)
El yacimiento de “Los Torrejones” en Santa Cruz de Los Cáñamos donde se halló un edificio de planta hexagonal interpretado como mausoleo o baptisterio (Beltrán 1995).
Ejemplos de elementos arquitectónicos son el yacimiento de “Los Torrejones” en Santa Cruz de Los Cáñamos donde se halló un edificio de planta hexagonal interpretado como mausoleo o baptisterio (Beltrán 1995). O la pilastra de mármol de Daimiel y la placa con motivo vegetales de Villarrubia de los Ojos que puede relacionarse con la necrópolis hallada en el Santuario de la Virgen de la Sierra. O la columna hallada en el paraje de Santa María, en Argamasilla de Alba, que pudiera pertenecer a “una iglesia paleocristiana del siglo V o VI” (Beño, 19973)
La pilastra visigoda de Daimiel
Dentro de este culto religioso cabe destacar una pilastra de la época visigoda aparecida en Daimiel que sin duda debió pertenecer a alguna capilla o “basílica”.
Esta pilastra está realizada en mármol y consta de dos cuerpos con decoraciones distintas. La decoración de la parte superior la constituye una cruz “patada” de la que penden el alfa y la omega, símbolos muy bíblicos, de acuerdo con el tipo de decoración visigodo tanto para los capiteles como para las pilastras, aunque en el resto, tanto en las paredes como en los techos, sean la decoración sea muy escasa.
En las Relaciones Topográficas de Felipe II (1575) se cita la “antigua Mezquita”, luego Ermita de San Juan, no lejos del castillo, pudo ser un templo visigodo de cierta importancia antes de la construcción de Santa María , junto con la Ermita de Santa Quiteria, ambas estaban en la parte más antigua de la ciudad.
Esta antigua “mezquita” entra dentro de lo probable que los árabes transformaran la reducida iglesia visigótica y como ya se ha mencionado la pilastra visigoda, en esta zona de Calatrava la presencia visigoda debió ser notable, contemporáneo a este periodo se encontró una lápida que refuerza dicha tesis.
En la parte inferior de la pilastra podemos ver dos columnas entrelazadas con los fustes decorados en forma de sogueado o salomónico y cuyos capiteles se ensanchan hacía los lados.
Esta antigua “mezquita” entra dentro de lo probable que los árabes transformaran la reducida iglesia visigótica y como ya se ha mencionado la pilastra visigoda, en esta zona de Calatrava la presencia visigoda debió ser notable, contemporáneo a este periodo se encontró una lápida que refuerza dicha tesis.
Basílica visigoda de Oreto-Zuqueca.
En la época visigoda consta que Oreto fue sede episcopal, conociéndose los nombres de hasta ocho como asistentes a los concilios de Toledo desde el III en el año 589 hasta el 160 en el 693 ( hay que tener encuentaq que eran convocados por los reyes, que también discutían los asuntos relacio9nados con el gobierno del reino). De uno de estos obispos, Amador, se encontró su lápida en el siglo XVI en el cerro que por ello tomó en nombre “de los obispos”, a escasa distancia de la Ermita de Zuqueca; este cerro, que se encuentra separado del que sirvió de asiento a la población primitiva ibérica, hay criterios de que existió la basílica y catedal, así como los enterramientos de los otros obispos titulares, existiendo noticias de los hallazgos consistentes en gruesos sillares, teselas, monedas, etc.
En la época visigoda consta que Oreto fue sede episcopal, conociéndose los nombres de hasta ocho obispos como asistentes a los concilios de Toledo desde el III en el año 589 hasta el 160 concilios en el 693
La mayoría de los autores creen que Oreto fue destruida cuando la invasión musulmana el 711; pero existe la teoría de que subsistió con la variante o nombre de Urit hasta el 853, en que tuvo que ser arrasada en una de las guerras civiles por los rebeldes toledanos, habiendo sido trasladado el resto de la población a Calatrava la Vieja, por lo que quedaría despoblada. Sólo subsiste a la destrucción un pequeño castillo que aparecerá en un cuadro exvoto que se conservaba en la Ermita de Zuqueca.
Zuqueca les sirvió de iglesia Parroquial este templo, consagrado a la Virgen María, según bula del Papa Honorio II de 1217, concedida a D. Rodrigo Jiménez de Rada “todas aquellas iglesias de…Alarcos…de Zuqueca…las que en su tiempo fueron arrancadas del poder sarraceno”.
Sobre las ruinas de la antigua ciudad de Oreto subsiste la Ermita de Zuqueca, que ha servido de inequívoco de su anterior existencia. Muchos de los cruzados que pelearon contra los musulmanes en las Navas se quedaron en Calatrava repoblando los lugares que aquellos tuvieron que abandonar, de los que se ubicaron en Zuqueca les sirvió de iglesia Parroquial este templo, consagrado a la Virgen María, según bula del Papa Honorio II de 1217, concedida a D. Rodrigo Jiménez de Rada “todas aquellas iglesias de…Alarcos…de Zuqueca…las que en su tiempo fueron arrancadas del poder sarraceno”.
Las iglesias de la época visigoda eran de pequeño tamaño y escasa altura. Estaban fabricadas con grandes bloques de piedra bien tallados y en su exterior tenían un aspecto pesado, porque carecían de ventanas. En el interior los techos estaban formados por grandes bóvedas y se utilizaban arcos con forma de herradura, de ahí lo tomaran las construcciones árabes. La decoración era muy escasa y generalmente se reducía a los capiteles de las columnas se cubrían con bellos relieves, generalmente, referidos a escenas de la Biblia.
Grado de cristianización en la época visigótica en Campo de Calatrava
El grado de cristianización de esta comarca vendría a partir de Constantino cuando el cristianismo fue admitido como culto oficial del Imperio, a raíz de entonces, las divinidades de la época romana serían gradualmente sustituidas por el culto cristiano. Dentro de esta modificación de creencias y culto religioso hay que destacar algunos núcleos de población y acontecimientos relacionados con el culto religioso en la época visigoda.
Las iglesias visigodas
La decoración era muy escasa y generalmente se reducía a los capiteles de las columnas se cubrían con bellos relieves, generalmente, referidos a escenas de la Biblia.
Grado de cristianización en la época visigótica en Campo de Calatrava
El grado de cristianización de esta comarca vendría a partir de Constantino cuando el cristianismo fue admitido como culto oficial del Imperio, a raíz de entonces, las divinidades de la época romana serían gradualmente sustituidas por el culto cristiano. Dentro de esta modificación de creencias y culto religioso hay que destacar algunos núcleos de población y acontecimientos relacionados con el culto religioso en la época visigoda.
Los visigodos sentaron las bases de la trashumancia calatraveña.
La primera norma escrita sobre la trashumancia corresponde al reinado de “Eurico” en su Edicto “Codex Euricianus” (476) y, posteriormente, algunas disposiciones fueron recopiladas en el “Líber Iudiciarum”, cuerpo legislativo de Recenvinto en el año 654 y en la Ley 5ª del tratado, se detallan las “Rutas” de la Trashumancia, así como, el reglamento de su uso. Una edición alterada y corregida delo manuscrito original de la “Ley Visigoda” fue ordenado traducir a la lengua romance por el Rey Fernando III “El Santo” el 1241, al objeto de ser concedido “a fuero” algunos territorios del Sur de la Península, este nuevo compendio legislativo correspondería al “Fuero Juzgo”
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En cualquier caso, los Visigodos dieron por bueno los antecedentes romanos sobre la trashumancia y las Vías pecuarias establecidas
En cualquier caso, los Visigodos dieron por bueno los antecedentes romanos sobre la trashumancia y las Vías pecuarias establecidas, ya que los romanos nombran por primera vez: “Calles Pastorum” (Cañadas), referencia a servidumbres como “vie”, “iter” y “aetus” por parte de Marco Varrón (Siglo I a. de C.) y, posteriormente, con el “Fuero Juzgo”, los visigodos mencionan por primera vez de forma clara y explícita “A LAS CAÑADAS” hasta la creación del “Honrado Consejo de la Mesta” (Alfonso X, El Sabio, 1273 ).
El “Fuero Juzgo”, Visigodo atendió las necesidades de los pastores trashumantes calatraveños
Uno de los problemas que se presentan a los historiadores a la hora de recuperar el pasado de pastores y ganaderos se refleja en la ausencia de fuentes, pues quienes atravesaban España de norte al sur, está caracterizado por el silencio y el anonimato, aunque se sabe la importancia que tuvieron puntos como los “vados”, “puentes” o los “puertos de montañas” porque allí se establecían contaderos y descansaderos para las reses.
Las Vías romanas, así como los puentes, que se mantuvieron en épocas visigodas, también jugaron un papel vital en el desarrollo de la tradición trashumante y pastoril en el Campo de Calatrava.
Esta red de comunicaciones de nuestra comarca, que coincide en muchos casos con el diseño posterior de las cañadas fue fundamental en nuestra zona para el comercio y la comunicación entre la Meseta y Andalucía.
Los Visigodos hicieron coincidir el mapa de calzadas con cañadas como la Vizana o la Soriana Occidental con distintos tramos de la Vía de la Plata.
la Cañada Real Soriana Oriental es un compendio de Calzadas y Caminos de tránsito entre las principales ciudades de la Bética con las dos Mesetas, puesto que arranca de Sevilla y a través de Sierra Morena, Los Pedroches y Valle de Alcudia
También se puede decir, que la Cañada Real Soriana Oriental es un compendio de Calzadas y Caminos de tránsito entre las principales ciudades de la Bética con las dos Mesetas, puesto que arranca de Sevilla y a través de Sierra Morena, Los Pedroches y Valle de Alcudia recorre algunos de los vados y puertos más transitados y significativos de Calatrava.
En este entramado de cañadas y veredas entre el norte y el sur, aquí en Centro estratégico del Campo de Calatrava se encontraba el importante núcleo visigótico de Oreto en las cercanías de la Cañada real Soriana lo que demuestra un considerable índice de presencia y tránsito por esta comarca desde la antigüedad y el Puerto Calatraveño por donde los visigodos hicieron discurriera este camino histórico de nomenclatura “Calatrava” que, posteriormente, la Orden Militar va establecer sus principales predios ganaderos en el centro de la provincia de Ciudad Real.
El importante núcleo visigótico de Oreto en las cercanías de la Cañada real Soriana lo que demuestra un considerable índice de presencia y tránsito por esta comarca desde la antigüedad y el Puerto Calatraveño
Los visigodos consolidaron que desde el Campo de Calatrava se adentrasen los ganaderos en Sierra Morena hacia el Valle del Guadalquivir para tomar luego el pie de los montes de las Sierras de Sevilla y Huelva. En el caso de la Cañada Real Soriana Oriental y todos los cordeles y caminos que desde Calatrava atraviesan Sierra Morena desde antes de la época romana nos encontramos con uno de los sistemas viarios “vías” más transitados e importantes de la historia de España que no decayó hasta que Carlos III decidió llevar las comunicaciones de la submeseta con Andalucía por el Despeñaperros y repoblar todo este eje en el siglo XVIII.
Las calzadas romanas se mantuvieron en la época visigoda.
Según la mayoría de los autores, desde épocas prerromanas se hace evidente el trazado de las grandes redes de caminos que ayudaron a los traslados de reses y mejor aprovechamiento de los pastos en nuestra peculiar orografía de alternancia de llanuras y cordilleras.
Con esta tradición y la llegada de los Visigodos que promulgaron el “Fuero Juzgo” o “Lex Visigothorum” quedó regulada en parte la libertad de tránsito de las reses.
Según Klein, el Fuero Juzgo visigodo atendía de forma amplia las necesidades de los pastores trashumantes que tenían acceso sin restricciones a las tierras abiertas pertenecientes o no a la corona, a la de los pueblos y a la de los particulares. Este mismo código contempla que los rebaños podían pastar en aquellos lugares que no estaban cercados. También regulaban estas leyes de los siglos V y VI la imposibilidad de cortar los caminos o vías que favoreciesen el traslado del ganado. Además, era delito construir paredes o labrar el entorno de la calzada y se permitía el uso de las tierras baldías y de los barbechos para apacentar rebaños.
Los Visigodos, para cuando los musulmanes llegan a estas tierras, ya hay establecidos códigos y vías de comunicación. La trashumancia en esta zona y en los grandes centros como Córdoba, Toledo etc. se regulaba mediante estas normas y, en muchos casos, mediante “asambleas” de ganaderos cuya tradición se prolongará más allá de la dominación musulmana hasta configurar el Gran Concejo de la Mesta.
Nuestra orografía hacia necesaria la trashumancia y la mejor manera de realizarla era mediante estas agrupaciones y disposiciones ganaderas. Las llanuras interiores, en torno al Guadiana y al Tajo, entre Sierra Morena y Los Montes de Toledo o entre Los Montes de Toledo y El Sistema Central hacen necesaria la alternancia del pastoreo o la trashumancia.
Nogalera
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