Debe ser calificado el claustro de las Calatravas de Almagro como uno de los más hermosos espacios arquitectónicos del Renacimiento Español. Sus dimensiones, sus proporciones, su ornamentación, la limpieza de sus tallas en los capiteles, grutescos, tondos y escudos, le hacen una obra perfecta, inolvidable
Si hablamos de una evolución del plateresco al clasicismo o “purismo” es de un modo forzado o metafórico más correcto será decir la “convivencia de ambos estilos”. Aparece el clasicismo en las obras de los más interesantes maestros del momento o alumnos como enrique Egas el Mozo, discípulo del arquitecto Alonso de Cobarrubias del que aprendió formas y estructuras nuevas y, además, su padre fue el arquitecto de San Juan de los Reyes de Toledo.
La obra más perfecta de Enrique Egas fue el edificio de las Calatravas, popularmente, Convento de los Dominicos. El Claustro con varios órdenes en mármol de Carrara y con corredores abiertos es una obra del más “purismo” italiano, más ligero y estilizado que el mismo patio de Carlos V de Granada. Su. En cuanto a la realización y estilo cae la obra dentro de Enrique Egas Hijo, la articulación de los elementos del Claustro es una clara receta de las normas dadas por Serlio “en sus reglas generales de arquitectura”, publicadas en Toledo en 1552.
Convento-Hospital de la Asunción de Almagro.
El Hospital que inicialmente iba a ser se fundó por voluntad testamentaria del Comendador Mayor de la Orden de Calatrava D. Gutiérrez de Padilla que dispuso en su testamento la fundación de un hospital en Almagro. Con el proyecto de los hermanos Antón y Enrique Egas se iniciaron las obras en 1519; pero cuatro años después debido a que el aparejador, Lorenzo Balbás se había salido de la traza del Hospital, En el Capítulo General de la Orden celebrado en Burgos en 1523 decidió construir un hospital de menores dimensiones y un convento para monjas de la orden.
Entorno a la fábrica del monasterio y del hospital se generó un gran taller en el que se dieron cita numerosos artistas, dejando huella en bastantes edificios de Almagro y comarca como la Igle.sia Madre de Dios o en la iglesia parroquial de Moral de Calatrava, San Pedro de Daimiel, etc.
Todo el fondo de la Plaza de la encajera de Almagro lo ocupa el monasterio-hospital de la Asunción.
Donde el proyecto contemplaba un rectángulo sólo para el hospital, estructurado en torno a cuatro claustros, se quedó en un rectángulo dividido en dos espacios: uno para el hospital (actual hospedería) y otro para el convento actual con la iglesia adosada el oeste junto a la carretera de Bolaños.
Proyecto, tardanzas y rectificaciones.
Salvo dos escuetas referencias, hasta ahora se sabía muy poco sobre el diseño y la traza del edificio del Convento de la Asunción. Gracias a los trabajos de José Javier Barranquero, hoy sabemos que el proyecto fue elaborado por los hermanos Antón y Enrique Egas, así como la supervisión periódica. Las Obras se iniciaron en 1519, no sin problemas ya que en Almagro no había personal para interpretar los planos y hacer la traza del edificio. Por esta razón Antón Egas nombró a Lorenzo Balbás; pero ante la caída en obra y muerte de éste, Antón Egas nombró a su sobrino Enrique Egas el Mozo cuando contaba con 26 años.
La relevancia de los maestros que intervinieron en la obra resulta evidente como el caso de Enrique Egas el Mozo, Gabriel Romano, Francisco de Jerez y la figura de ese Fernando Spagnuelo que trabajó con Leonardo en la Batalla de Anghiari y tras su aprendizaje regresó a España.
Balaustrada y los dos órdenes de capiteles corintio abajo y dórico arriba.
Enrique Egas el Mozo, tras revisar el proyecto y la traza de las obras comprobó que Lorenzo Balbás se había salido de la traza, por lo que según Barranquero se hace referencia a un segundo diseño. Ahí, posiblemente, esté la razón del cambio de planes en el Capítulo General de la Orden en Burgos 1523 y la edificación de un convento junto al hospital.
Los autores y canteros de la Obra.
Aunque no se suele hablar de los canteros, hacerlo aquí es un “homenaje” a la belleza y perfección del trabajo, sobre todo, del claustro de las Calatravas. El Valor de este conjunto monumental es incuestionable ya que nos encontramos ante un gran ejemplo de nuestra mejor arquitectura del siglo XVI. Hasta ahora sólo había una escueta referencia a Enrique Egos el Mozo, referido aquí en Almagro, fechada 1564 y otra breve mención al Maestro Balbás, en 1523. Gracias al trabajo de investigación de José Javier Barranquero, ha puesto a la luz Maestros y Canteros que trabajaron en las obras del Monasterio de Ntra. Sra. de la Asunción .
Entorno a la fábrica del monasterio y del hospital se generó un gran taller en el que se dieron cita numerosos artistas.
Todas las puertas, salvo la del huero, son adinteladas.
En un documento fechado el 20 de diciembre de 1544 Frey Francisco Carrillo de Guzmán especifica la labor realizada por los canteros y las cantidades recibidas. ”Lucas Mateo como primer maestro cobro 2.400 maravedís por labrar doce vara para los arcos a precio de doscientos maravedís cada vara”. Otro cantero, “Francisco de Jerez recibió 2.400 maravedis por otras once varas de “perpiaños”, y a Gabriel Romano, que cobró 1.700 maravedís por hacer diez varas de crucero secunderos y terceretes” y en mismo documento nos encontramos con Juan Egas que se encargó de terminar ocho varas e media de los dichos cruceros, recibiendo 1.445 maravedís. Finalmente se menciona a Francisco Hernández que realizó otras diez varas de cruceros y secunderos.
El mismo autor, sigue diciendo, que resulta obvio que entorno a la fábrica del monasterio y del hospital se generó un gran taller en el que se dieron cita numerosos artistas, dejando huella en bastantes edificios de Almagro como la Iglesia Madre de Dios o en la iglesia parroquial de Moral de Calatrava,San Pedro de Daimiel etc. La relevancia de los maestros que intervinieron en la obra resulta evidente como el caso de Enrique Egas el Mozo, Gabriel Romano, Francisco de Jerez, -sigue diciendo-, es la figura de ese Fernando Spagnuelo que trabajó con Leonardo en la Batalla de Anghiari y tras su aprendizaje regresó a España. La presencia de artífices italianos en la obra, sobre todo, del claustro nos ayuda a entender mucho mejor –sigue diciendo Barranquero- buena parte del léxico formal como la decoración de muchas parte del edificio, en especial de su bello claustro.
El enmarcado de la hornacina de la portada de la Sacristía en la que hay un amplio repertorio de animales, seres fantásticos, híbridos y buena cantidad de motivos florales y vegetales.
Puerta de la Sacristía del Claustro de los Dominicos.
Debe ser calificado el claustro de las Calatravas de Almagro como uno de los más hermosos espacios arquitectónicos del Renacimiento Español. Sus dimensiones, sus proporciones, su ornamentación, la limpieza de sus tallas en los capiteles, grutescos, tondos y escudos, le hacen una obra perfecta, inolvidable. Se forma de dos galerías superpuestas con un total de 60 columnas de morfología clásica, (jónico abajo y toscano arriba) talladas en piedra arenisca de la zona y mármol blanco de carrara. La articulación de los elementos en una clara obediencia a las normas “nuevas del Renacimiento”, dadas por Serlio en “Sus Reglas Generales de Arquitectura”, publicadas en Toledo en 1552.
La Obra del Convento de la Asunción de Almagro.
Las dependencias del monasterio se estructuran en torno a un claustro casi cuadrado (26m.x 25,30m.) que posee dos alturas las galerías de la planta baja están formadas por arcos de medio punto que descansan sobre columnas de fuste liso y mármol de carrara, tanto la basa como los capiteles están labrados en arenisca y de orden corintio. Miientras, la planta alta posee una balaustrada y está abierta al patio con arcos de medio punto rebajados que descansan igual en columnas lisas y de mármol blanco y capiteles, en este caso, de orden dórico con equino adornado con ovas y dardos. Los cuatro corredores de cada planta están cubiertos mediante forjados de madera, un buen ejemplo del papel que jugaron los mudéjares como maestro en este material.
Como es habitual en esta época, igual que el patio del Palacio del Viso, el claustro posee dos escaleras. La principal en la panda derecha y otra secundaria en el corredor de la pared de la iglesia. La principal responde al modelo claustral de caja abierta y tres tramos. La caja de la escalera conecta con la galería mediante un gran “arco escarzano” sostenido por pilastras cajeadas. Su terminación en la galería lo hace con un arco de medio punto apoyado en ménsulas. La escalera secundaría conecta con el piso mediante doble arco de medio punto que se apoya sobre una columna central, permitiendo el acceso desde la escalera al la galería y al coro de la iglesia.
Aunque la estructura arquitectónica y elementos constructivos son de una disposición clasicista, sobre todo del claustro, los elementos decorativos responden a varios modelos: Hay desde modelos tardogóticos, platerescos, y en su mayoría clasicistas; aunque también manieristas y hasta barrocos.
Típica escalera claustral de tres tiempos.
Todos los huecos o puertas del claustro son adintelados con frontón acorde con la arquitectura purista, salvo la puerta que da al huerto que lo hace con un arco de medio punto cuyo apoyo es una pilastra cajeada y sobre este arco un estrecho friso en el que se apoya un frontón triangular. El resto de las portadas, puestas y ventanas del piso superior son también adinteladas con frontones triangulares. En el caso de la portada de la sacristía incorpora una hornacina como segundo cuerpo.
Patio del Hospital que se construyó junto al monasterio de Monjas dominicas.
En las dependencia que nacen del claustro (Sala capitular, dos refectorios y otras salas) hay algunos artesonados de madera tallada en sus dos variantes típicas: el sistema de alfarjes o techumbre plana y el de limas o artesa. El mejor es el de una sala capitular en el piso superior de tipo artesonado con faldones laterales decorados con profusión de lacerías mudéjares en el almizate y los tirantes.
Los cuatro corredores de cada planta están cubiertos mediante forjados de madera, un buen ejemplo del papel que jugaron los mudéjares como maestro en este material.
Las dependencias del monasterio se estructuran en torno a un claustro casi cuadrado (26m.x 25,30m.)E
El Claustro de este monasterio se valora con la decoración tallada que aparece en las nueve puertas y tres ventanas que se distribuyen por las dos plantas. Son motivos claramente sacados de las Medidas de Romano de Sagrado y de otros repertorios clásicos, así como de las mejores obras de Covarrubias. En estas puertas abundan los detalles a Candelieri, grutescos limpios, representaciones de los evangelistas, escudos de armas de los Padillas, de los Albornoz y de los Dávila, medallones con caras infantiles y femeninas, estas, según las tendencias italianas, representando a Venus, Coelestis y a Venus Vulgaris, alegorías de la vida contemplativa y de la vida activa que se supone conjugaban las religiosas calatravas. Además muchas más cabezas de hombres barbados y lampiños, guerreros y mojes, perros y lechuzas en una mezcolanza plural y variadísima que hace de este claustro un lugar de admiración y asombro, entretenimiento y sabiduría arcana.
Mucha de la decoración de las portadas del claustro responde a un modelo anterior y también al estilo es plateresco. La mayoría de los motivos que recubre los dinteles, rellenan los frontones coma la Sala Capitular o enmarcan como la hornacina de la Sacristía, ese amplio repertorio que hemos visto: animales, seres fantásticos, motivos heráldicos, flores y vegetales se pueden enmarcar en un estilo muy depurado y de corte clasicista.
Iglesia del Convento de la Asunción.
Planta en cruz latina, amplia cabecera, capillas laterales, ábside con cinco lados, cubierto con una compleja bóveda de crucería de cinco paños cuyos apoyos son ménsulas o columnas: los empujes de los nervios que delimitan el paño centra descansan sobre sendas ménsulas profusamente decoradas, mientras que los nervios que separan los otros dos paños hacen la fuerza sobre un soporte de tres semicolumnas de fuste liso y capitel decorado con hojas y dos bustos redondos, sobre el capitel una moldura que contiene ovas y dardos. El crucero lo delimitan cuatro pilares fasciculados con capiteles a modo de corona.
Planta en cruz latina, amplia cabecera, capillas laterales, ábside con cinco lados, cubierto con una compleja bóveda de crucería de cinco paños cuyos apoyos son ménsulas o columnas
La iglesia la componen tres cuerpo, antes cuatro ya que se hizo más pequeña, el soporte igual que en el presbiterio, lo forman tres semicolumnas de fuste liso con capiteles similares a los visto en el ábside y por encima de los capiteles hay un friso que recorre todo el edificio.
Los arcos son de medio punto rebajado tanto el que separa el crucero como los tres cuerpos de la nave que se cubren con bóveda de crucería estrellada. La estructura que cierra el crucero es mucho más compleja que los cuerpos de la nave lo que le da una gran armonía. La iglesia cuenta con seis capilla, tres en cada lado entre los contrafuertes y conectan con la nave mediante arcos de medio puto y sus techos lo forman también bóvedas de crucería.
Los arcos son de medio punto rebajado tanto el que separa el crucero como los tres cuerpos de la nave que se cubren con bóveda de crucería estrellada
De carácter clasicista se ofrece en la portada principal de la iglesia, sobre todo su primer cuerpo, ya que el segundo se catalogaría de manierista .
De las tres portadas de acceso, una se abrió cuando se trasladaron allí los dominicos y las otras dos en el lado del evangelio que datan de la fábrica. La portada del crucero es sumamente sencilla, un arco de medio punto y apoyado sobre pilastras toscanas.
La portada principal, más compleja ya que consta de dos cuerpos. El primero lo forma un arco de medio punto rebajado que se apoya sobre dos pilastras con tres columnas con fustes acanalados y cuyos capiteles tienen motivos variados: según sea el collarino, el equino o el ábaco. En la primera es lisa, en la segunda presenta una decoración a base de acanaladuras y en la tercera nos presenta una decoración de ovas y dardos. Los capiteles de las pilastras vuelven a recrear unas formas alegóricas del dórico, pequeño collarino acanalado, equino con ovas y dardos y ábaco decorado también.
Contrastes de estéticas en los adornos.
Aunque la estructura arquitectónica y elementos constructivos son de una disposición clasicista, sobre todo del claustro, los elementos decorativos , como ya hemos vistos en las portadas, especialmente las de la iglesia, responden a varios modelos: Hay desde modelos tardogóticos, platerescos, y en su mayoría clasicistas; aunque también manieristas y hasta barrocos.
El tardogótico con caras redondas y carentes de expresividad que se manifiesta en los capiteles de las pilastras que sostienen los arcos rebajados de la puerta de la iglesia en la que nos ofrecen una decoración combinando las cabezas humanas con las de animales, en su mayoría las representaciones responden a similares criterios estéticos. En el capitel izquierdo aparecen dos rostros humanos y entre ambos la cabeza de carnero, mientras que en el derecho, otros dos rostros humanos y tres cabezas del mismos animal encadenadas. También en la portada de la planta baja, junto al refectorio, hay rostros de similares características.
La decoración de estilo plateresco abundan en las portadas del claustro, fundamentalmente las adinteladas, el frontón de la portada de la Sala Capitular y el enmarcado de la hornacina de la portada de la Sacristía en la que hay un amplio repertorio de animales, seres fantásticos, híbridos y buena cantidad de motivos florales y vegetales.
De carácter clasicista se ofrece en la portada principal de la iglesia, sobre todo su primer cuerpo, ya que el segundo se catalogaría de manierista y barroco. Aparecen bustos enmarcados y con mayor calidad técnica. Un friso adornado con grutescos y cruces de calatrava simétricos y proporcionadas con un busto y una guirnalda de flores, un claro ejemplo de decoración ordenada “a candelieri”. En la mayor parte de las portadas del claustro nos encontramos unas tallas más finas y minuciosas , más realista en los detalles por tanto una plástica de corte clasicista.
Otra estética de corte manierista se manifiesta en el segundo cuerpo de la puerta principal de la iglesia, está decorada exclusivamente con motivos florales y vegetales. Las flores decoran las jambas y los arcos de la hornacina central y los grutescos y los bustos han desaparecido.
Poderosa influencia en la Comarca del Convento de la Asunción.
En torno al monasterio -hospital de la Asunción confluyeron un numeroso grupo de artistas bien como arquitectos, canteros o “maestros de obras”. Los autores del proyecto fueron Antón y su hermano Enrique Egas y los maestros de obras Lorenzo Balbás y algo más tarde, se incorporó Enrique Egas el Mozo, hijo y sobrino de Antón.
A la comarca se sumaron otro gran elenco de artistas talladores como Lucas Mateo (primer maestro), Francisco de Jerez, Gabriel Romano, Juan Egas y Francisco Hernández, entre otros.
Segundo cuerpo de la puerta principal de San Blas de Almagro.
José Javier Barranquero sostiene que entorno a la importante obra del monasterio-hospital de la Asunción se generó un gran taller que debió ejercer una poderosa influencia en la zona. El joven Egas llegó a desempeñar un importante papel en la arquitectura de Calatrava, hasta el punto que durante alguna década fijó su residencia en Almagro. Arquitectos y “maestros canteros” dejaron su huella también en otros edificios religiosos, contemporáneos en su fábrica al monasterio de la Asunción, La Ermita del Salvador o la Iglesia Madre de Dios de Almagro y en la comarca las iglesias parroquiales San Andrés de Moral de Calatrava o San Pedro de Daimiel.
La Ermita de San Salvador.
La Ermita de San Salvador, su origen se remonta en la primera fase a la primera mitad del siglo XVI con la llegada de los Fúgger a Almagro y la obra fue llevada a cabo por los maestros que estaban en la órbita del Monasterio de la Asunción de las Calatravas, después del Siglo XVIII, se llamará San Blas. Esta ermita había sido donada a Jacobo Fúgger por Carlos V como pago de servicios bancario, decidió reedificarla, la intervención estuvo condicionada por la ermita ya existente, se desarrollaron las obras en dos fases:
-La cabecera y el primer tramo de la nave fue realizada por Jacobo Fúgger.
-El otro tramo de la nave y la torre por sus sobrinos Marcos y Jacobo. En esta segunda fase, más tardía, fue llevada a cabo y se le atribuye a Enrique Egas el Mozo.
La tipología es de las iglesias “cajón” con una sola nave, que al no tener crucero, se configura como un espacio unitario, dividido en cabecera poligonal.
Iglesia de San Blas de Almagro.
La tipología es de las iglesias “cajón” con una sola nave, que al no tener crucero, se configura como un espacio unitario, dividido en cabecera poligonal y dos tramos cubiertos por bóvedas de crucería cuyas nervaduras descansan sobre ménsulas decoradas con emblemas heráldicos de los Fúgger. A los pies, está el coro en alto con balaustrada de madera y el sotacoro debajo con artesonado de madera de casetones decorados por rosetas. A la izquierda dos cuerpos añadidos la sacristía y la caja cúbica de la escalera de subida al coro.
El exterior está formado por paramentos de mampostería entre macizos contrafuertes. El interés se centra en dos portadas:
Puerta principal de San Blas.
-La principal de arenisca y orientada al sur, está formada por un arco de medio punto que descansa sobre pilastras cajeadas con la rosca decorada con motivo vegetales y enjutas con grutescos, se remarca con seudopilastras a modo de baquetones con capiteles de vaso. El entablamento sostiene un segundo cuerpo presidido por una hornacina con veneras y pilastras, franqueado por dos grifos, monstruo fabuloso con cabeza, alas y garras de águila y cuerpo de león, símbolo de la vigilancia y el valor, sobre ellos dos láureas albergan el escudo de los Fúgger, y, encima de todo el conjunto, la lápida fundacional “manieristas”: en piedra.
-La puerta del imafronte, presenta su primer cuerpo adintelado y el segundo cuerpo con el escudo de los descendientes de Jacobo Fúgger y un rosetón que ilumina el coro.
El resultado es una construcción con soluciones estructurales y espaciales tardo-góticas; pero con sepulcros, portadas y motivos decorativos en un lenguaje clasicista
Iglesia Madre de Dios de Almagro.
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Iglesia de la Madre de Dios, construida en 1546 por Enrique Egas, el Mozo, este artista fue el puente entre el racionalismo constructivo gótico y las nuevas formas renacentistas. Construyó según “la Divina proporción”, lo que le confiere su aspecto monumental, (anchura de las naves 2/3 de su longitud). Las relaciones a partir de un módulo básico, el pilar, reflejan la obsesión por las “medidas justas” y "proporcinadas" que tanto afectó a las construcciones renacentistas.
Se construyó según “la Divina proporción”, lo que le confiere su aspecto monumental, anchura de las naves 2/3 de su longitud.
Ábside pentagonal apoyado sobre ménsulas igual que el de San Pedro de Daimiel.
Tipológicamente es una iglesia de tipo salón o columnaria, caracterizada por una gran monumentalidad y espacios diáfanos y unitarios, con tres naves idéntica en altura y cubiertas con bóvedas de crucería y arcos de ½ punto, sustentados por altos pilares renacentistas de tipo elipsoidal y contrafuertes en el exterior. Los pilares se conforman a partir de 4 columnas toscanas adosadas entre columnillas cajeadas. Los elementos de unión son las basas, plintos y capiteles corridos. Sobre ellos descasan los enjarjes de los nervios de las bóvedas. La planta se remata con un ábside pentagonal en la nave central y dos ábsides de tres lados cubiertos por veneras en las naves laterales.
La portada de estilo herreriano con un arco de medio punto adintelado al que se sobrepone una hornacina en la que vuelve a aparecer la venera.
Egas, arquitecto de transición empleó gótico para la bóveda de terceletes , así como la presencia de pilares fragmentados y en correspondencia con los contrafuertes exteriores. Renacentista es la utilización de pilares con columnas adosadas toscanas, la utilización de veneras, así como el esquema básico de la portada de estilo herreriano, en el que aparece un ojo de buey y un arco de medio punto dintel al que se sobrepone una hornacina en la que vuelve a aparecer la venera.
La venera, simbolo de la fertilidad como el nacimiento de Venus de Boticheli, se repite constantemente en el ábside, hasta el punto que las dos bóvedas de los ábsides de las naves laterales las forman dos dos grandes veneras.
Egas, arquitecto de transición empleó gótico para la bóveda de terceletes , así como la presencia de pilares fragmentados y en correspondencia con los contrafuertes exteriores. Renacentista es la utilización de pilares con columnas adosadas toscanas, la utilización de veneras, así como el esquema básico de la portada de estilo herreriano, en el que aparece un ojo de buey y un arco de medio punto dintel al que se sobrepone una hornacina en la que vuelve a aparecer la venera.
La torre se quedó sin terminar en 1602, a pesar de ello, su planteamiento y fábrica es muy similar a la de San Pedro de Daimiel.
Iglesia de Madre de Dios de tipo columnaria.
Es un tipo de iglesia, procedente de Alemania que se usó mucho en España, sobre todo, en la Mancha, es decir en los medios rurales por su monumentalidad y escasas exigencias constructivas. Las obras fueron detenidas en 1602 por falta de dinero, quedando la torre inacabada. En el interior se conserva una custodia de 1749 y una capilla de la Virgen de las Nieves, patrona de Almagro.
Iglesia de San Andrés de Moral de Calatrava.
La Iglesia de San Andrés está situada en lo alto de la colina “El Coto” de ahí que se levantara sobre los restos de un fortín romano. El templo es de una sola nave con ábside poligonal abovedado con tres lienzos apoyados sobre columnas adosadas cuyos capiteles están ricamente decorados. Las decoraciones se repiten en el presbiterio y en el resto de la nave. El recinto está recorrido por una cornisa decorada con dibujos geométricos o ajedrezados. Entre los arcos destaca el de presbiterio de medio punto rebajado con rica decoración el capitel sobre el que hace el apoyo.
Iglesia de San Andrés de Moral de Calatrava.
El pórtico tiene gran similitud con el de la Iglesia de San Blas de Almagro. Es del más puro estilo clasicista y se encuentra porticado con una bóveda de medio punto. Labrado en arenisca y consta de dos cuerpos.
El primer cuerpo lo forma un arco de medio punto con una rosca muy amplia para la decoración floral consistente en flores de cuatro pétalos. Hace el apoyo en pilastras cajeadas con capiteles estriados y el conjunto está franqueado por sendas columnas de fuste liso y capiteles muy recargados con similares motivos estéticos. En el “capialzado” a ambos lados de arcos, los triángulos, estas decorados con “guirnaldas”, muy ordenadas “a candelieri”( en el segundo cuerpo se vuelve a repetir).
El entablamento en saledizo, decorado como el arco con flores sostiene un segundo cuerpo configurado por una hornacina con pilastras y franqueada por “guirnaldas” de vegetales y flores muy ordenadas y simétricas también “a candelieri”. Sobre el entablamento, las columnas se prolongan con un arranque de grutesco y un cuerpo prismático y se rmata igual que la hornacina cuya bóveda la forma de viera y tres aletones vegetales como la prolongación de las columnas.
El entablamento en saledizo, decorado como el arco con flores sostiene un segundo cuerpo configurado por una hornacina con pilastras y franqueada por “guirnaldas” de vegetales y flores muy ordenadas y simétricas también “a candelieri”. Sobre el entablamento, las columnas se prolongan con un arranque de grutesco y un cuerpo prismático y se rmata igual que la hornacina cuya bóveda la forma de viera y tres aletones vegetales como la prolongación de las columnas.
Esta puerta principal por su estructura, armonía y proporcionalidad y, sobre todo, la decoración nos indica que estamos ante una estética clasicista
Puerta principal de la Iglesia de San Andrés, muy similar a la de San Blas de Almagro.
Esta puerta principal por su estructura, armonía y proporcionalidad y, sobre todo, la decoración nos indica que estamos ante una estética clasicista-manierista con la total ausencia de figuras. Tanto la puerta principal de la Iglesia de San Blas de Almagro y, sobre todo ésta, con ausencia de grifos, son gemelas, labradas por el mismo cincel y mano maestra. Estamos ante una labra más fina y minuciosa y sentido de la plástico clásico.
Nave de la Iglesia de San Andrés de Moral de Calatrava.
En el atrio se conservan varios lienzos: en la parte superior central se expone un interesante cuadro de Luis Tristán -discípulo de "el Greco"-, "La Trinidad", de composición piramidal. En la inferior derecha, un San Sebastián del XVIII, en el centro, la crucifixión de San Andrés (anónimo siglo XVIII), una buena copia del "Martirio de S. Andrés" de Rubens y San Blas a la izquierda, de autor desconocido del siglo XVIII.
Iglesia de San Pedro de Daimiel.
Su fábrica (1542-1587), planta de cruz latina, con pilastras dóricas, bóveda de crucería con arcos farjones y torales de cantería, ábside poligonal y dos capillas.
Su fábrica (1542-1587), planta de cruz latina, con pilastras dóricas, bóveda de crucería con arcos farjones y torales de cantería, ábside poligonal y dos capillas una a cada lado de la nave y otra tercera capilla y sacristía en la cabecera a ambos lados del ábside. La torre de tres cuerpos y campanil a los píes al lado del evangelio.
La iglesia esta levantada de mampostería con piedra caliza y sillar en las esquinas, contrafuertes y tercer cuerpo de la torre.
El Ábside pentagonal cuyos arcos terceletes arrancan de un pequeñ píe de pilastra cajeada con apoyos en unas ménsulas y, éstas a su vez descansan en una cornisa corrida horizontal a media altura del ábside, todo de cantería. La sobriedad de su línea apenas deja espacio para la decoración, decoración que se limita algún pequeño motivo, labrado, a pesar del deterioro, con delicadeza y que aparece en las ménsulas donde arrancan los terceletes. Los adornos que podemos ver son algún rostro fitomorfo y algún jarrón. Estamos en el último cuarto del XVI y con un entorno haciendo fábricas puristas y manieristas como el Palacio del Viso del Marqués, el Convento de los Dominicos, La Iglesia de San Blas y Madre de Dios en Almagro y La Parroquia de San Andrés en Moral de Calatrava, etc. todas estas construcciones de talla fina, minuciosa y un sentido de la plástica clasicista.
El Ábside pentagonal cuyos arcos terceletes arrancan de un píe de pilastra cajeada con apoyos en unas ménsulas y, éstas a su vez descansan en una cornisa corrida horizontal a media altura del ábside, todo de cantería.
El Ábside pentagonal cuyos arcos terceletes arrancan de un pequeñ píe de pilastra cajeada con apoyos en unas ménsulas.
.El Ábside pentagonal cuyos arcos terceletes arrancan de un pequeñ píe de pilastra cajeada con apoyos en unas ménsulas y, éstas a su vez descansan en una cornisa corrida horizontal a media altura del ábside, todo de cantería. La sobriedad de su línea apenas deja espacio para la decoración, decoración que se limita algún pequeño motivo, labrado, a pesar del deterioro, con delicadeza y que aparece en las ménsulas donde arrancan los terceletes. Los adornos que podemos ver son algún rostro fitomorfo y algún jarrón. Estamos en el último cuarto del XVI y con un entorno haciendo fábricas puristas y manieristas como el Palacio del Viso del Marqués, el Convento de los Dominicos, La Iglesia de San Blas y Madre de Dios en Almagro y La Parroquia de San Andrés en Moral de Calatrava, etc. todas estas construcciones de talla fina, minuciosa y un sentido de la plástica clasicista.
La sobriedad de su línea apenas deja espacio para la decoración, decoración que se limita algún pequeño motivo.
El crucero y los brazos tienen bóveda estrellada.
El crucero está enmarcado por cuatro pilastras dóricas iguales que las del resto de la nave en cuyos capiteles dóricos se apoyan todos los arcos farjones de medio punto rebajado del crucero y de la nave. De la base de los arcos perpiaños arrancan los terceletes que el caso del crucero y sus brazos forman una bóveda estrellada.
En cambio la crucería de la nave es sumamente sencilla, una especie de X en relación a los arcos forjones con un rosetón en la clave; pero con la diferencia que están delicadamente labrados a base pequeñas acanaladuras en banda “a candelieri”.
Como pieza de valor, lo más meritorio era un retablo barroco, según fotografía que se acompaña, al ser destruido se hizo el actual por D. Alfredo Lerga y se inauguró en 1948. La parte de pintura corrió a cargo de D. Juan D´Opazo que realizó los cuatro cuadros actuales del ábside
Antigüo altar mayor del barroco.
La torre a los pies de la nave en el lado izquierdo, obra de D. Juan Luis Hurtado, el segundo cuerpo cuadrangular con una ventana adintelada y almohadilladla de sillería y termina en con alero de sillar labrado para dar paso al tercer cuerpo de la torre octogonal con dos ventanas de medio punto, una a la umbría y la otra en el lienzo de la puerta principal, también almohadilladas cuya estética tan diferenciada y tan “purista” nos hace pensar que este tercer cuerpo fue fabricado hacia finales del XVI con criterios clasicistas por la limpieza, armonía y proporcionalidad que se percibe que estamos en la fábrica del Escorial (1563-1585) y predominan los criterios herrerianos, hasta el punto que su belleza y limpieza la hacen única en su entorno.
Este tercer cuerpo octogonal, en las cuatro esquinas que quedan libres del segundo cuerpo al pasar al tercero en octogonal se aprovechan para levantar en esos espacios libres cuatro “Aletones” o “pináculos” esentos , fabricados a base de cuerpos prismáticos están rematados con sus correspondientes bolas. Entre los citados “obeliscos” se disponen simétricamente cuatro ventanas de medio punto que albergan las campanas. En las otras cuatro caras de este cuerpo octogonal se disponen frente a los “pináculos” otras cuatro ventanitas también de medio punto, mucho más pequeñas.
Remate de la torre de 1906 a los años 70
La cornisa y el tejado de este cuerpo octogonal seguían la misma forma y en el centro daban daban paso los ocho paños del tejado a un “campanil”, ahora nuevamente cuadrangular en cuyas cuatro caras albergaban las esferas de un gran reloj y arriba una espadaña de forja con una gran bola y la veleta. Toda esta terminación se mantuvo hasta 1906 que se sustituyó por un tejado que albergaba el reloj hasta la década de los 70 que se cambió por un campanil postizo de metal moderno (ser adjuntan fotografías del proceso de reformas).
San Pedro con la puerta Principal a los pies y la del Sol.
Las puertas eran tres, la del sol con porticado sobre doble arcada de medio punto con apoyos en pilastras adosadas a los contrafuertes y otra tercera exenta en el centro. Otra en el lado opuesto, en la umbría también de medio punto, utilizada ahora para la cochera de los pasos procesionales.
La principal, obra de estilo “clasicista, igual que el renacimiento avanzado del tercer cuerpo de la torre. La han “restaurado” recientemente en lo que es el sillar de caliza y la forma o estructura, no se ha mantenido los rebajes y ni labrado original, ha faltado la mano y el cincel artesanal.
La portada principal a los píes, está construida en piedra caliza, formada por un gran arco de medio punto rebajado con tres bandas separadas mediante un contario y en saledizo que descansa sobre jambas apilastradas a las que se le adosa una columna. Los capiteles tanto de las pilastras como de las columnas están formados por collarino acanalado, un equino reducido y un ábaco mucho más desarrollado (Se supone que todos estos elementos tendrían su correspondiente decoración como otras partes de la puerta que aún la mantienen). El arco presenta un desarrollo muy complejo con tres bandas dispuestas en saledizo, separadas por sendos contarios (tampoco mantienen decoración), el arco descripto esta franqueado por una columna de fuste cajeado que descansa como las pilastras sobre un plinto poco alto y muy deteriorado hasta que fue “restaurado” , en el plinto se percibía que salían unas ménsulas que se correspondían con las pilastras , que es un claro recurso, igual que la decoración de los jarrones de carácter manierista.
En las enjutas del arco, hay en ambos espacios dos tondos, una decoración a base de sencillos círculos que vienen a ser una reinterpretación del capitel dórico como una síntesis del orden empleado en el interior de la iglesia
Puerta principal de San Pedro.
En las enjutas del arco, hay en ambos espacios dos tondos, una decoración a base de sencillos círculos que vienen a ser una reinterpretación del capitel dórico como una síntesis del orden empleado en el interior de la iglesia (estética muy clasicista). Sobre las pilastras y columnas adosadas discurre un entablamento en saledizo compuesto por un arquitrabe dividido en dos bandas.
Por arriba del arquitrabe un segundo cuerpo enmarcado por dos alatones y sendas bolas igual que en los pináculos del tercer cuerpo de la torre están sostenidas por basamento prismático. De forma simétrica se abre una ventana adintelada que da luz a los pies de la nave. Este segundo cuerpo como es habitual en la fábrica de las iglesias de la zona contemporáneas a ésta, se supone que tendría algún tipo de hornacina más estilosa en consonancia con las ventanas de la torre almohadilladlas donde la mano del hombre no ha tenido tan fácil acceso para hacer ningún postizo.
Segundo y tercer cuerpo de la torre de San Pedro.
Convento de San José de Malangón.
El edificio es sencillo y austero, pero de recia consistencia y relativamente amplio, construido de mampostería con cantos rodados de la zona trabados con mortero y ladrillos para enmarcar los lienzos. El edificio se levanta en torno a un patio central con planta baja y alta, rematada con unas torrecillas. En el interior del patio al que van a dar el refectorio, el coro bajo, el locutorio, la portería, sala de recreo y confesionarios, está rodeado por un claustro que conjuga las influencias renacentistas con el prototipo de construcción tradicional de dos alturas en la primera columnas toscanas con portada- zagual- escaleras y la segunda corredor abierto al patio con pies derechos de madera y zapatas.
En el piso alto, sobre el claustro, en consonancia con la arquitectura popular de las casas solariegas y las plazas, hay un corredor abierto porticado.
Correror del Convento de San Jo´se de Malagón
En el piso alto, sobre el claustro, en consonancia con la arquitectura popular de las casas solariegas y las plazas, hay un corredor abierto porticado alrededor del cual están las celdas de buen tamaño y techo alto, en ésta planta se encuentra el coro alto bastante amplio con dos rejas forjadas al iglesia y un oratorio en el que se venera la imagen manierista del "Eco Homo". Esta pintura de tiempos de Santa Teresa destaca como una de las pinturas "manieristas", bastante buena, de El “Divino” Luis de Morales. El oratorio comunica por una ventanita con la iglesia y por unos pasillos con el Noviciado ubicado a parte del conjunto conventual en la casa, donada también, por la "mecenas" María Luisa de Cerda, Duquesa de Medinaceli.
La Iglesia de Convento de San José.
El edificio se levanta en torno a un patio central con planta baja y alta, rematada con unas torrecillas
Refertorio del Convento de San José de Malagón.
Fundada por Dña. Luisa de la Cerda, esposa de Andrés Pardo de Sahavedra, vigilada la construcción por Santa teresa, quedando reflejada en la edificación la teoría edificatoria de las construcciones carmelitas. Entre las pobladoras del convento estuvo la Madre Luisa Magdalena , Dña. Luisa Enríquez Manrique de Lara, esposa de Felipe IV, Condesa de Prendes de Navas(1604-1660).
La Iglesia del convento de San José, se levantó en la zona oeste del monasterio y es excesivamente grande como era habitual cuando se encontraba al pie del “Camino de la Plata” (paso de Córdoba a Toledo).
De gran sencillez en su estructura, responde al modelo de iglesia “cajón”, de planta cuadrada de cinco cuerpos y constituida por una estructura de cuatro pilares.
La iglesia es de la misma fundación, consta de una nave central más alta con bóveda de cañón y ábside poligonal (de la misma autoría y traza que la de Hospital de Tavera de Toledo) y dos laterales más bajas con bóvedas de cañón y lunetos entre los arcos forjones y capillas laterales. La nave del crucero se adapta a la altura de las otras en la cubierta y en su trazo exterior. La ordenación del muro se hace con pilastras toscanas. Está levantada de mampostería con piedra de la zona y sillares en las esquinas, trabada con mortero y para darle más fuerza se alternan cadenas y verdugadas de ladrillos.
La Iglesia y el conjunto conventual fue la tercera fundación de Santa Teresa y en su totalidad se construyó de nueva planta es el prototipo de "Iglesia Carmelita", refleja claramente su pensamiento sobre la forma de edificación: amplitud interna y distribución. Salvo las reparaciones imprescindibles, se conserva como una reliquia. Sus planos y obra son del insigne arquitecto Nicolás Vergara, son pedidos de todas las partes del mundo para los Nuevos Carmelos.
De gran sencillez en su estructura, responde al modelo de iglesia “cajón”, de planta cuadrada de cinco cuerpos y constituida por una estructura de cuatro pilares. El interior de cubría con una armadura de madera de “par y nudiillos” quedando articulada la nave y el presbiterio con un “arco diafragma” sobre pilastras dóricas. La armadura de madera se sustituyó por una bóveda rebajada con arcos farjones apoyados en pilastras toscanas y éstas reforzadas, a su vez, por los contrafuertes exteriores para contrarrestar los empujes de la bóveda y la cubierta.
De gran sencillez en su estructura, responde al modelo de iglesia “cajón”, de planta cuadrada de cinco cuerpos y constituida por una estructura de cuatro pilares. El interior de cubría con una armadura de madera de “par y nudiillos” quedando articulada la nave y el presbiterio con un “arco diafragma” sobre pilastras dóricas. La armadura de madera se sustituyó por una bóveda rebajada con arcos farjones apoyados en pilastras toscanas y éstas reforzadas, a su vez, por los contrafuertes exteriores para contrarrestar los empujes de la bóveda y la cubierta.
La cúpula fue sustituida por una linterna o casquete de traza moderna que ilumina el crucero decorada con plementos simples. Poseía una torre gruesa con los arcos de medio punto para albergar las viejas campanas que aún se conservan y que nuevamente serán puestas en la torre del campanario que se está levantando a los pies de la nave lateral derecha en el hueco dejado por la anterior construcción.
En su espacio interior se observa una interesante conjunción axial de los espacios del coro de las monjas y la nave quedando unido en un solo eje direccional. Adosadas a los muros una serie de pilastras toscanas soportan los entablamentos corridos y muy moldurados dando sustento a los arcos que producen efectos tensiónales del espacio longitudinal.
La bóveda de cañón se refuerza y se enriquece con el ritmo que la dan las de arcos farjones que dividen en tramos la bóveda del coro y la nave, este movimiento se acentúa con los lunetos que a su vez enmarcan espacios libres con triángulos resaltados.
Poseía la antigua “Puerta del Perdón” que da al camino Real de la Plata y la principal ubicada en la Plaza de Melchor Cano, extraordinariamente sencilla a base de ladrillo con sólo una pequeña hornacina a San José.
El mérito está en haber conservado su interior en estado original, posee pinturas manieristas como la del “Ecce Homo” atribuido al “Divino” Luis de Morales, según el Marqués de Lozoya, así mismo se ubican dos escudos nobiliarios de la casa Ducal de Medinaceli y retablos barroco, sobre todo, el Altar Mayor de 1730, donado por el Conde Valparaíso, natural de Almagro, gracias a la intercesión de su hija, Madre Priora del convento. Este retablo contiene 33 trinidades de ángeles presidido por la Stma. Trinidad y la Sagrada Familia de Nazaret. Su autor Germán López de Toledo hizo uno de los más bellos retablos barroco.
Los retablos del altar mayor, dorado, y las capillas con las pinturas dan el ambiente perfecto de la arquitectura “purista” del momento con pinceladas del “manierismo”
El mérito está en haber conservado su interior en estado original, posee pinturas manieristas como la del “Ecce Homo” atribuido al “Divino” Luis de Morales, según el Marqués de Lozoya, así mismo se ubican dos escudos nobiliarios de la casa Ducal de Medinaceli y retablos barroco, sobre todo, el Altar Mayor de 1730, donado por el Conde Valparaíso, natural de Almagro, gracias a la intercesión de su hija, Madre Priora del convento. Este retablo contiene 33 trinidades de ángeles presidido por la Stma. Trinidad y la Sagrada Familia de Nazaret. Su autor Germán López de Toledo hizo uno de los más bellos retablos barroco.
Este retablo contiene 33 trinidades de ángeles presidido por la Stma. Trinidad y la Sagrada Familia de Nazaret.
Del mismo autor son las imágenes de los retablos laterales como el “Cristo Verde”, San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús y la Virgen del Carmen. Los retablos del altar mayor, dorado, y las capillas con las pinturas dan el ambiente perfecto de la arquitectura “purista” del momento con pinceladas del “manierismo” y el barroco con la conservación de las pinturas y el retablo mayor de bronce de 1730.
La perfección que exigió Santa Teresa en la obra.
Los Planos que iban incluidos en la escritura cuando tuvo lugar su otorgamiento el 30 de junio de 1576 por María Luisa Cerda, Duquesa de Medinaceli a Santa Teresa fueron realizados como se ha dicho por Nicolás Vergara, maestro mayor, después de, Alonso Covarrubias del Hospital de Tavera de Toledo, así como de la catedral toledana.
Además de las condiciones de coste y pago, se detallan en el documento todo lo que se refiere a la construcción de cimientos, muros y calidad de los materiales, dimensiones de cada dependencia con tal minuciosidad que se evidencia el talento previsor de Santa teresa.
No se pasa nada por alto: “suelo holladero”, “tejarse a lomo lleno y con sus bocas dobladas y revocadas todas las líneas y caballetes”, “que el edificio se entregue con todas las obras perfectamente acabadas” y en este punto, sigue diciendo en lo que toca a albañilería:”solería, iglesia, tejados y maderas de armaduras, suelos, puertas y ventanas, y cerraduras y clavazones de todas ellas sin que quede más que dar llave en mano”.
Verdaderamente admira la perfección que exigió la Santa en todo esto, por lo que bien merece ser declarada patrona de los arquitectos. Santa Teresa
Poco después de la firma de la escritura 1576 se iniciaron las obras y el día de la Inmaculada, 8 de diciembre de 1579 se trasladaron las monjas al nuevo convento desde la casa primitiva a la nueva morada. La villa en pleno asistió al acto y mucha gente de las aldeas y pueblos cercanos. Sobre este hecho escribió Santa Teresa: “…que las monjas con sus capas blancas por las calles de Malagón parecían lagartijas que salen al sol en verano”.
El Arquitecto de la Obra, Nicolás Vergara.
El insigne arquitecto del Convento de San José, fue maestro mayor de obra del Hospital de Tavera de Toledo (1541-16039) cuando sustituyó al autor de la traza Alonso Covarrubias en 1577. Nicolás de Vergara estuvo dirigiendo la obra más destacada de la arquitectura del Renacimiento Español con claras influencias italianas. Este Hospital posee dos patios columnados, una impresionante iglesia que por ser la última en construirse se ve en su construcción la mano de Vergara. Única nave de cañón, ábside semicircular y cúpula o cimborrio octogonal ( Características éstas idénticas a la Iglesia de San JosédeMalagón).
De este Hospital se han hecho muchos elogios; pero los más célebres los que se han rendido al arquitecto del Convento e iglesia malagón en 1603 :
“…es de las más acertadas y excelentes fábricas que ay en Europa, más dicen los extranjeros que vienen a ver, como una de las maravillas del conforme a las reglas y observaciones de la verdadera arquitectura;… lo mundo”.
Nicolás de Vergara, quizás por condicionamientos económicos, supervisión o intervención de Santa Teresa, la obra del Convento de San José de Malagón fue como un trámite o un mero cumplimiento por la exigencia del encargo, el caso es que el la obra, realizada en el apogeo del clasicismo y la mayor madurez del arquitecto Vergara no tiene las líneas de pureza clasicista desarrolladas por este maestro en otras obras.
Nogalera